Sonny Colbrelli asistió a la Milán-San Remo, pero no en calidad de ciclista. Tras retirarse el año pasado por problemas de salud, el italiano estaba ansioso por apoyar al Bahrain-Victorious y finalmente tuvo la oportunidad de hacerlo este año como su buque insignia.
"Me moveré en algunos puntos del recorrido; también estaré en el Poggio", declaró a Repubblica. Y continuó: "Es mi nueva vida, estoy estudiando para ser director deportivo. Es cierto que esta vida me ha llegado de repente, y trato de disfrutarla. Pero la experiencia de alguien que estuvo en un grupo hasta hace un año y corrió la Sanremo 9 veces es fundamental."
La carrera italiana ocupa un lugar especial en su corazón, y tiene una rica historia con ella, atesorando aquellos momentos inolvidables". Imposible no amar una carrera que nunca sabes cómo acabará: sprint en grupo o en pequeño grupo, ataque cuesta arriba o cuesta abajo, desde la Cipressa, desde el Poggio , hay quien la ganó como Chiappucci arrancando en el Turchino. Desde 2016 siempre ha acabado diferente".
"En Roubaix, sobre todo cuando hay barro, como cuando la gané, necesitas unas piernas estratosféricas. En Sanremo también hace falta mucha suerte. El tiempo y el viento sobre todo son variables decisivas. En 2013 también estuve allí, encontramos nieve, nos llevaron en autobús a Cogoleto, terminamos cuando ya era de noche. En un sprint corto podría haber opinado muchas veces. Nunca he sido mejor que sexto. Nunca he estado en el lugar adecuado en el momento adecuado".
Con todo, está encontrando la plenitud en su vida al tiempo que se mantiene comprometido con la comunidad ciclista. "Entendí que el ciclismo se compone de muchos detalles y dar botellines de agua de la manera correcta, no te la juegues, no es nada sencillo. Cuando vas en bici no te das cuenta de lo rápido que vas. Lo sabes cuando tienes los pies en la tierra", concluyó Colbrelli.