Shari Bossuyt tira la toalla casi un año después de iniciar su batalla contra el polémico positivo por dopaje: "No tengo fuerzas ni dinero para esto"

Ciclismo
viernes, 12 enero 2024 en 11:21
ShariBossuyt
Shari Bossuyt dio positivo por Letrozol en marzo de 2023. La campeona del mundo en pista y actual corredora del Canyon/SRAM Racing ha pasado los últimos 11 meses intentando demostrar su inocencia, pero simplemente no ha sido posible.
Se trata de uno de los casos más singulares de doping denunciados en el ciclismo, ya que tanto ella como el corredor de ciclocross Toon Aerts dieron positivo por la sustancia inmediatamente después en la localidad francesa de Flamanville, aunque compitiendo en disciplinas diferentes de este deporte. En el espacio de un mes, ambos dieron positivo por la sustancia Letrozole, de la que se dice que inhibe la producción de estrógeno y, por tanto, en los hombres, aumenta la producción de testosterona.
Ambos han sido sancionados con dos años de suspensión tras largas batallas. La de Bossuyt terminó ayer, según anunció en las redes sociales: "El 4 de diciembre recibí la decisión de la AFLD (la agencia antidopaje) con una propuesta de suspensión. Como era de esperar, han propuesto una suspensión de dos años. Confirman y reconocen que la contaminación no fue intencionada. Pero, como en el caso de Toon Aerts, no podemos demostrar el origen de la contaminación. Por esa razón, no pueden limitar más el castigo".
Sin embargo, se reconoció que Bossuyt, una velocista de renombre en el pelotón, pero también ex campeona del mundo de madison junto con Lotte Kopecky en pista, no introdujo intencionadamente la sustancia en su organismo. Sin embargo, la situación tiene un giro oscuro. Es muy probable que ambas corredoras contaminaran la leche en la zona de Flamanville, pero en Europa no es posible realizar una prueba porque sobre el papel está prohibido alimentar al ganado con esta sustancia. La carga financiera de tener que probar oficialmente la situación, junto con la presión psicológica del último año, la han llevado a poner fin a este viaje para intentar limpiar su nombre oficialmente.
Por lo tanto, la prohibición se mantendrá hasta marzo de 2025, lo que significa otro año fuera de la competición para la joven de 23 años. "No tengo fuerzas ni dinero para esto", cuenta. "La sensación de estar librando una batalla perdida, las noches en vela de preocupación constante y el sufrimiento económico de tener que gastar decenas de miles de euros en una causa ya perdida, me hicieron decidir dejarlo así...".
Sin embargo, concluye con un mensaje claro: "Soy una chica de 23 años que ha sabido convertir su afición en su profesión. No soy una pecadora del dopaje y nunca he pensado en doparme. Seguiré repitiéndolo hasta que llegue el día en que todo se aclare".
"Nadie parece darse cuenta del impacto que esto tiene en la salud mental de alguien. Mi sueño olímpico ha sido destruido y tengo que caminar todos los días con la etiqueta de 'pecador por dopaje'. Es casi insoportable. Afortunadamente, encuentro el apoyo de la gente que realmente me escucha, que me cree. Mientras tanto, seguiré haciendo ejercicio, porque me hace bien. Demostraré que volveré más fuerte".

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