La duodécima etapa de la
Vuelta a España fue una auténtica etapa a pie, lo que en última instancia le vino bien a Sebastián Molano. Para el líder de la clasificación,
Sepp Kuss, esto significaba que no había ningún problema y que podía prepararse sin prisa pero sin pausa para la etapa del viernes, que se dirige hacia el legendario Col du Tourmalet.
Durante la etapa de Zaragoza vimos tanto a Jonas Vingegaard como a Primoz Roglic actuar ocasionalmente como aguadores al servicio de Kuss, que lo recuerda con una sonrisa en la entrevista tras la carrera. "Eso es genial, por supuesto. Pero para ser sincero: Jonas y Primoz ya me han dado muchos consejos. Además, puedo sacar mucha confianza de ellos. Así que es muy agradable ver que creen en mí. Pero lo más importante es que siempre estamos ahí el uno para el otro".
En el sprint intermedio, Roglic consiguió reducir su desventaja con Remco Evenepoel en cuatro segundos, ya que terminó segundo en el sprint intermedio por detrás de Kaden Groves.
Según Kuss, fue una buena idea que su compañero de equipo esloveno se involucrara en la violencia del sprint intermedio. "Siempre es útil intentarlo. Sobre todo si ya estás rodando en cabeza, no requiere mucha energía. Es bueno que lo intentara, pero en la etapa de mañana normalmente habrá diferencias mucho mayores", comenta de cara a la etapa monstruosa.