Sep Vanmarcke ha triunfado en la París-Roubaix en el pasado, pero hoy en día el nivel es superior y conseguir los mismos éxitos es mucho más difícil. Llegó muy motivado y con el sueño de ganar el monumento francés, pero la mala suerte que suele perseguirle volvió a hacerse notar.
"Ha sido una edición de la París-Roubaix bastante frustrante. Me sentía bastante bien. Pero en un momento dado, en Haveluy, de repente se pusieron a toda velocidad. Esto partió el pelotón en dos. Fue realmente inesperado. Yo rodaba en la decimoquinta posición e intentaba acortar distancias. Sin embargo, ya no pude", dijo Vanmarcke a CyclingPro.net. "Luego, en la Trouée d'Arenberg, tuvimos otra oportunidad de recortar distancias. Pero hubo una caída. Se me salió la cadena y tuve que pisar a fondo para volver a ponerla".
Vanmarcke había terminado tercero en Gent-Wevelgem y ha estado en buena forma esta primavera. En Roubaix, sin subidas, tenía más posibilidades de conseguir un resultado, en lo que siempre es una carrera caótica. Sin embargo, el caos le afectó, ya que cuando la carrera se dividió tuvo que detenerse en la carretera. Se quedó rezagado cuando el grupo ganador subió por la carretera y sólo pudo estar en el grupo perseguidor.
"Todo volvió a suceder unos cientos de metros más adelante. A partir de ese momento dependí de la persecución. Desgraciadamente no pude volver a la cabeza. Lo intentamos con mi pelotón, pero hubo poca ayuda de otros equipos. Y además: cuando los más fuertes están delante, se hace difícil cerrar semejante hueco", añade.
No obstante, Vanmarcke demostró un buen nivel, terminó 16º en la jornada aunque acabó segundo en el sprint del pelotón, sólo por detrás de Alexander Kristoff. Fue un sprint decente para el veterano clasicómano que probablemente volverá en busca de más resultados.
"Creo que mostré un buen nivel. Pero, por supuesto, es difícil medirse con semejantes supertalentos. Hay que tener la suerte de estar en la rueda. Sólo entonces tendrás la oportunidad de seguirles. Pero para ganarles, tienes que venir de muy buenas casas. Eso es prácticamente imposible", concluye.