Ben Healy ofreció una inusual mirada franca a los momentos decisivos del Mundial de Ruta UCI 2025, describiendo cómo reaccionó
Remco Evenepoel cuando
Tadej Pogacar lanzó el ataque ganador en el Mount Kigali y cómo la frustración del belga se desbordó después.
Healy fue claro: desde dentro del grupo, la explicación de Evenepoel sobre un sillín que se deslizaba no encajó con lo que él vio realmente en carrera.
"Se pone un poco nervioso cuando Tadej arranca y él no puede," dijo Healy en
The Roadman Podcast, recordando el momento en que Pogacar hizo el movimiento decisivo. "Creo que estaba claramente en su cabeza."
Healy señaló que Evenepoel no había mostrado problemas para acelerar con fuerza antes en la prueba y descartó que la posición del sillín fuera la razón real por la que no siguió a Pogacar.
"Exacto. Y al final haces la misma potencia," dijo. "¿Qué ganas golpeando el sillín? Si está un milímetro fuera, solo lo empeoras."
Según Healy, el propio staff de
Evenepoel estaba igual de poco convencido con la explicación del sillín. "Después de la carrera su mecánico, que además es su primo, en realidad le desmintió respecto a la segunda bici, diciendo: ‘No sabemos qué le pasa’", recordó Healy.
Y cuando Evenepoel pareció culpar públicamente al material, Healy aseguró que la respuesta dentro del campamento belga fue tajante.
"Se lo merecía, siendo justos, porque intentó echarle la culpa al mecánico en la tele, golpeando el sillín y demás, y el mecánico salió diciendo: ‘No sé qué le pasa a él.’"
Pogacar, la diferencia imposible de igualar
Para Healy, la diferencia real en Kigali no tuvo que ver con la mecánica ni con las ganancias marginales, sino con la explosividad inigualable de Pogacar. "Estaba fortísimo," dijo Healy sobre Evenepoel. "Cuando íbamos en grupo con él, nos iba remolcando. Nosotros hacíamos lo mínimo y él tiraba como un tren."
Pero cuando arrancó Pogacar, Evenepoel simplemente no pudo responder. "No puede igualar la aceleración que tiene Tadej," dijo Healy.
"Lo ves en el Europeo: Tadej se va, Remco aguanta un poco y luego es como si se hubiera tomado una pastilla de cianuro: simplemente explota."
Healy sugirió que la dificultad era tanto psicológica como física. "No soporta perder. Es un ganador," dijo. "Lo han señalado como el próximo gran talento desde júnior, soltando a la gente de rueda, y creo que le cuesta aceptar que alguien sea mejor que él."
Mientras el drama poscarrera se centraba en Evenepoel, el bronce de Healy llegó con un enfoque mucho más controlado. "Todo consistió en ahorrar energía," explicó, citando la altitud, el desnivel constante y la severa contaminación del aire en Kigali. "La calidad del aire estaba por las nubes."
Healy dijo que su perfil bajo al inicio fue deliberado.
"Mi potencia media en el Mundial no fue impresionante. Simplemente rodé de la forma más eficiente posible."
La estructura del equipo irlandés, señaló, fue decisiva para mantenerse en la lucha hasta las vueltas finales. "Fue un esfuerzo enorme de equipo," dijo Healy. "Si no hubieran trabajado así para mí, no lo habría logrado solo."
Remco Evenepoel, Tadej Pogacar y Ben Healy, podio del último Mundial de ciclismo
Un bronce que alimenta ambiciones mayores
El bronce en Kigali solo ha afilado las ambiciones de Healy para el futuro. "Estaba encantado con el bronce," dijo. "Acabar en el podio con esos dos fue especial."
Pero dejó claro que no ha terminado de perseguir a Pogacar ni de perseguir el mayor premio del ciclismo. "El sueño es el maillot arcoíris," dijo Healy. "Estoy en el camino. Nunca se sabe."