"Nunca se sabe": Ben Healy no descarta ganar algún día el Tour de Francia

Ciclismo
miércoles, 26 noviembre 2025 en 18:00
Healy
Ben Healy ha descrito su etapa con el maillot amarillo en el Tour de Francia 2025 como una mezcla de orgullo y frustración, admitiendo que la experiencia no se sintió como el triunfo completo que siempre imaginó.
En The Roadman Podcast, el corredor de EF Education-EasyPost habló con desarmante honestidad sobre cómo le ha quedado su primer contacto con el maillot amarillo. "Es un poco raro. Estoy muy orgulloso de haberme vestido de amarillo, pero al mismo tiempo no gané el maillot, ¿me entiendes?", dijo.
Más adelante, cuando la conversación giró hacia la célebre imagen de Lance Armstrong en un sofá con siete maillots amarillos enmarcados detrás, Healy dejó claro que aún no está listo para inmortalizar el suyo.
"Sería una imagen potente, ¿no? Sentado en el sofá con el maillot detrás y la bici en la pared", admitió. "Quizá algún día lo gane. Nunca se sabe." Para Healy, liderar el Tour fue un paso definitorio en su carrera, pero también un recordatorio de que sus ambiciones generales de la clasificación apenas empiezan.

Un reinicio tras un año para olvidar

Healy sostiene que su acceso al amarillo en 2025 no se basó en una transformación repentina de su condición física, sino en un reinicio total tras una decepcionante temporada 2024. "Entré en 2024 con grandes expectativas y nada salió bien", recordó. "No volví a encontrar mi nivel y no estaba corriendo con inteligencia. Antes me salían cosas porque la gente no me conocía. Cuando ya sabían quién era, no podía correr igual. Tuve que volver al tablero y replantearlo todo."
Antes, ese estilo caótico a menudo le favorecía. Healy se rió al recordar el campeonato nacional irlandés que ganó con un ataque lejano en el que nadie creyó. "Estoy atacando a Ryan Mullen y Sam Bennett y estos tíos", dijo. "Le ataco por decimoquinta vez y entonces a Ryan se le acaba la paciencia a 110 km de meta y dice: ‘Dejadle ir. Le pillaremos, no puede hacerlo en solitario’, y ya no me volvieron a ver. Pero eso es algo que solo te sale una vez." Cuando el pelotón dejó de subestimarlo, ese enfoque simplemente se vino abajo.
Un balance invernal detallado con su entrenador de siempre resultó decisivo. "Me senté en invierno con mi entrenador y repasamos lo que había salido mal. Aprendí muchísimo", explicó Healy. "No es que de repente haya encontrado un nuevo nivel. He mejorado de forma constante cada año, pero el cambio real fue analizar los errores y encontrar mejores soluciones. Necesitaba correr con más cabeza."
Ese giro sostuvo la etapa del Tour que le llevó al amarillo. En lugar de lanzar el ataque obvio en un puerto, Healy y su director deportivo eligieron un punto mucho menos previsible. "Una vez en la fuga, hablé con el DS para encontrar un lugar donde pudiera arrancar sin que me esperaran. Elegimos un descenso revirado con un falso llano."
"Me dejé caer a cola en el descenso y todos me dejaron. Pensaban que no atacaría allí. Sabíamos lo que venía. Elegí el momento perfecto, llegué con velocidad, dudaron y me fui. Con veinte metros, se trataba de agachar la cabeza y rodar lo más eficiente posible." A partir de ahí, Healy se apoyó en su sello: postura aerodinámica, ritmo controlado y presión psicológica en las subidas.
Ben Healy, estrella del EF Education-EasyPost
Ben Healy vistió el maillot amarillo en el Tour de Francia de 2025, aunque no por mucho tiempo

El papel esencial de su padre

Healy subrayó repetidamente la influencia de su padre en su carrera, y aseguró que su día de amarillo es inseparable de esa historia personal. "Mi padre es una parte enorme de por qué monto en bici", dijo. "Él fue quien me metió en esto, me llevó a la pista, me llevó a las carreras. Si no fuera por él, no sería ciclista."
Eso hizo su hito en el Tour aún más significativo. "Estoy orgulloso de poder devolverle algo por todos los fines de semana que me llevó por el país y al extranjero a competir", afirmó Healy. "Si no fuera por él, no estaría aquí." Se aseguró de que sus padres estuvieran presentes en el día más grande de su carrera hasta ahora. "Fue un momento muy especial cuando me puse de amarillo. Volé a mis padres y estaban en la salida para verme. Fue un momento muy guay."
Por ahora, el maillot amarillo sigue sin enmarcar y la emoción oscila entre la satisfacción y la determinación. Pero con el reajuste táctico completado, su estatus en el pelotón al alza y la familia en el centro del relato, la mirada de Healy al amarillo suena más a motivación que a nostalgia. "Quizá algún día lo gane", dijo. "Nunca se sabe."
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