El presidente de la
UCI,
David Lappartient, ha expresado nuevas preocupaciones sobre la fractura interna de la política del deporte en materia de seguridad del ciclista, advirtiendo que demasiados equipos se resisten activamente a reformas destinadas a hacer las carreras menos peligrosas.
Las declaraciones proceden de una entrevista concedida a Ouest-France. Lappartient dejó claro que varias iniciativas recientes de seguridad han afrontado oposición organizada por parte de múltiples escuadras. Su frustración fue evidente al detallar con qué frecuencia se bloquean o se desvirtúan los escenarios de prueba. “Cuando realizamos una prueba sin radios, los equipos se oponen; cuando realizamos una prueba para limitar los desarrollos, nos llevan a los tribunales y los equipos se oponen;
cuando quisimos hacer pruebas SafeR con rastreadores GPS en el Women's Tour de Romandie, cinco equipos no tomaron la salida”, dijo.
Para la UCI, este patrón empieza a plantear preguntas existenciales. “Demasiados equipos se ponen en huelga cuando se proponen soluciones. ¿Dónde está el interés común? No estoy convencido de que la seguridad cuente con el apoyo tan amplio que algunos quieren hacernos creer. Prohibí las radios de carrera en los Campeonatos del Mundo, los Campeonatos de Europa y los Juegos Olímpicos; es mejor tácticamente y para la seguridad, pero los equipos están en contra.”
Los repetidos pulsos dibujan un panorama inquietante en un momento en que las velocidades no dejan de aumentar y el entorno competitivo se vuelve más complejo con cada salto tecnológico.
El bienestar del ciclista, bajo presión: el burnout ya es una amenaza central
Lappartient también dirigió su atención a la creciente presión emocional y psicológica dentro del pelotón. Aunque los debates sobre la extrema delgadez en el ciclismo femenino llevan años en los titulares, él ve aflorar un problema sistémico más profundo.
Poniendo como ejemplo a
Pauline Ferrand-Prevot, recalcó que la composición corporal en sí misma no es un peligro cuando está bien supervisada.
“Mientras todo esté bajo el control de nutricionistas y dietistas, y el peso no se pierda demasiado rápido, existe un cierto nivel de control”, dijo. “Me preocupa más el burnout que puede desarrollarse.”
Para él, la carga mental es ahora la señal de alarma más seria. “La salud mental de los ciclistas preocupa porque en el pelotón hay presión y tensión: todos quieren ir delante, todos reciben las mismas consignas al mismo tiempo. Estamos viendo crisis nerviosas que antes no veíamos. En el pelotón se gana más, pero se es menos feliz. Veo a menos ciclistas reír.”
La transformación física de Ferrand-Prevot en el Tour 2025 desató un gran debate
El ciclismo femenino se dispara: “Hemos creado algo valioso”
En contraste con las señales preocupantes que observa en otros ámbitos, Lappartient describió el auge exponencial del ciclismo femenino como uno de los mayores éxitos del deporte en la última década. Señaló cifras impensables hace solo unos años.
“Las audiencias del ciclismo femenino aumentan constantemente y esto nos alegra”, afirmó. “Las cifras de audiencia de la etapa final del Tour femenino fueron superiores a las de todas las etapas de montaña del Tour masculino.”
Destacó que la última etapa en Châtel registró el segundo mayor índice de audiencia de todo el año ciclista —solo superado por la llegada masculina en Montmartre—. “¿Quién lo habría imaginado hace cinco años, cuando el Tour femenino ni siquiera existía? Hemos creado algo valioso. En términos de audiencia, el Tour de France Femmes duplicó las cifras de Roland Garros.”
El dominio de Pogacar no es inédito: “Siempre ha habido periodos de dominio absoluto”
Lappartient rechazó la idea de que la supremacía de Tadej Pogacar esté perjudicando al deporte, y recordó que el ciclismo siempre ha atravesado eras marcadas por un corredor excepcional.
“Sí, Pogacar está en el apogeo de su carrera, como lo estuvo Merckx a su edad, o Hinault. Siempre ha habido periodos de dominio absoluto y sabemos que no es lo ideal para el suspense”, dijo.
Aun así, señaló los duelos vibrantes en París-Roubaix y Milán-San Remo como prueba de que la imprevisibilidad sigue viva. “Cuando los campeones no ganan, también está bien.”