Si cada vez que un corredor hubiera tenido algún tipo de contacto con un médico relacionado con el dopaje hubiera sido expulsado de su equipo no quedarían ciclistas en el pelotón. Podemos poner el ejemplo de Chris Froome y Richard Freeman, el exmédico del Sky cuando el británico corría para ellos.
Es lo que le ha sucedido a
Miguel Ángel López, que sin ninguna sentencia judicial en firme, sólo por rumores y algunas denuncias todavía no probadas, fue expulsado del
Astana Qazaqstan Team, un equipo liderado por un exciclista que se dopó y que compró carreras como
Alexander Vinokourov.
López fue expulsado por supuestamente estar ligado a una trama de dopaje liderada por el médico
Marcos Maynar, que ayer declaró ante la justicia española en Cáceres que su único vínculo con López se debía a asesoramiento nutricional: "Lo ayudé con asesoramiento nutritivo, es una pobre víctima de la situación, le recomiendo que emprenda acciones legales contra Astana".
El corredor, por su parte, ya ha puesto el asunto en manos de sus abogados: "Eso está en marcha, ya es trabajo de los abogados, yo estoy totalmente apartado de esas cosas, está en manos de ellos y la idea es discutir ante el TAS. Tenemos fe y buenas sensaciones de que marche bien y esperar a ver que dice el Tribunal".