Siempre se ha dicho que la
Vuelta a España servía de gran preparación para el
Mundial. Lo que no se especificó era que correrla a full gas y ganarla no te hace llegar nada bien a un esfuerzo contrarreloj como el que afrontó ayer
Primoz Roglic en Zúrich. El esloveno acabó reventado tras un esfuerzo que no le sirvió para luchar por las medallas, aunque espera que le valga para volver a coger la forma de cara a sus últimos objetivos de la temporada (principalmente la prueba en ruta del Mundial el próximo domingo e Il Lombardia):
"Fue una carrera muy dura», comentó Roglic a los compañeros de Cyclingpro. "La longitud, el manejo de las distintas partes de la carrera, todo me resultó difícil. Sentía que todavía tenía los esfuerzos de la Vuelta en las piernas y era difícil poder apretar al máximo".
El compatriota de
Tadej Pogacar, único representante esloveno en la crono mundialista, reconocía que era consciente de la dificultad de la prueba, pero que cree que le va a venir bien para poder rendir en sus últimos objetivos de un año que, como es lógico, él ya da por más que positivo pase lo que pase de aquí al final:
"Sabía que iba a ser una carrera difícil para mí, pero por otro lado me ayuda a mantener la concentración de cara al final de temporada. Ya ha sido una buena temporada para mí y es difícil mantener el ritmo en otras carreras. Así que es mejor intentar hacerlo junto a los mejores del grupo. Espero que me ayude".
Veremos lo que ocurre en la carrera en ruta del domingo. A Primoz se le preguntó si iba a ayudar a Pogacar y dijo que no lo sabía. Muchos interpretaron que no iba a querer y que iba a actuar por su cuenta pero, más allá de la táctica, el 4 veces ganador de la Vuelta no sabe si va a estar en forma para rendir al máximo nivel.