Pedal Punditry #24 – Visité el Coll de Rates y explico con la ayuda de Tadej Pogacar por qué es la ‘ascensión invernal’ más famosa del ciclismo

El Coll de Rates. Puede ser uno de los puertos “más fáciles” entre los populares del pelotón, pero su fama está más que justificada. Viajé hasta la subida más icónica de la Costa Blanca y pedí ayuda a ciclistas profesionales para explicar por qué es tan conocida. Y Tadej Pogacar me acabó facilitando el trabajo…

La notoriedad del puerto se explica por varios factores. Geografía, climatología, demografía y economía pesan aquí. Hay formas complejas de contarlo y también muy simples, según quién pregunte. Para la comunidad más apasionada del ciclismo, merece una explicación completa.

El Coll de Rates es una tranquila carretera de montaña entre la Serra del Ferrer y la Serra del Carrascal de Parcent, un macizo en el extremo oriental de la Costa Blanca. La zona es conocida por localidades turísticas como Benidorm, Calpe y Xàbia. Predomina la caliza, que moldea acantilados y vistas espectaculares. Sin embargo, las cotas máximas no son muy altas, lejos de Sierra Nevada o los Pirineos.

No es ni mucho menos la única subida del entorno, pero atraviesa un área relativamente desierta de la sierra y es un paso natural. Con muchas escuadras alojadas en localidades que conducen hacia o parten del puerto, y a menudo a una hora de los hoteles de los equipos punteros, encaja en multitud de rutas de entrenamiento.

Los equipos profesionales llevan años eligiendo esta parte de España por varias razones. Con la mayoría radicados en Europa, la proximidad cuenta. Equipos ProTour —masculinos, femeninos y sub-23— son una constante aquí en diciembre y enero, cuando este tramo de costa se convierte en epicentro ciclista. Sorprende saber que UAE Team Emirates - XRG y Team Visma | Lease a Bike están, en línea recta, a menos de 10 kilómetros entre sí durante este periodo.

Uno de los motivos principales por los que los equipos acuden a esta zona son los costes. España es una economía fuerte, pero las escuadras evitan las grandes ciudades y se instalan en áreas más tranquilas y, además, más asequibles. Un ‘training camp’ de dos semanas puede costar decenas o incluso cientos de miles de euros. Vuelos y alojamiento para unas dos docenas de ciclistas y varias decenas de miembros del staff; transporte de innumerables bicicletas, autobuses, coches y todo lo necesario… Y el capítulo logístico: alimentar bien a todo el grupo, dotarlo de suministros para trabajar y cuidar un sinfín de detalles clave para el rendimiento del equipo.

Cuando falla una pieza, por pequeña que sea… Pongamos que UAE Team Emirates - XRG no dispone de su propio chef en la concentración invernal de 2024… Entonces hay gente en el equipo, incluidos corredores, a la que no le sienta nada bien. Historias que circulan por los pasillos del hotel del equipo a las afueras de Benidorm…

Por razones obvias, no compartiré nombres ni ubicaciones exactas de los hoteles. Pero los vídeos en redes se viralizan y a menudo los desvelan. Estos hoteles, a menudo fuera de los núcleos costeros, ofrecen la base perfecta. En verano, la Costa Blanca recibe multitudes que buscan sol. Hay cinco estrellas, pero también opciones más económicas y de gran capacidad, adecuadas a todos los presupuestos de equipos profesionales. Existen alojamientos deportivos e incluso específicos para ciclismo. En uno de ellos llegaron a coincidir, como mínimo, seis equipos profesionales (masculinos, femeninos y sub-23). Además, están lejos de grandes ciudades, por lo que los precios no alcanzan los de un hotel de lujo en, por ejemplo, Madrid o Valencia.

En su lugar, localidades como La Nucía, Altea, Calpe, Dénia y Oliva se convierten en puntos calientes.

La provincia de Valencia ronda los 2,7 millones de habitantes; Alicante, los 2 millones. No es poco, claro, pero los equipos se mantienen al margen. UAE es asiduo en Benidorm —unos 70.000 habitantes—, aunque la mayoría prefiere zonas más locales. La Nucía, base invernal del Team Visma | Lease a Bike, cuenta con 19.000 vecinos. En una carrera media les ve más gente a pie de cuneta.

Pero esas son las localidades de estancia. Lógicamente, no están en mitad de la nada. Los ciclistas, que en esta época pueden entrenar 6 o incluso 7 horas al día, disfrutan de un vasto entramado montañoso en la Costa Blanca con muy baja densidad de población. Alejándose de la costa apenas hay núcleos de tamaño relevante, y eso brinda las carreteras tranquilas que necesitan.

Las carreteras calmadas son una razón capital para venir aquí en invierno. Más aún cuando es la única época del año en que todos (o casi todos) los corredores de una plantilla coinciden en un mismo punto y los grupos de entrenamiento son bastante numerosos.

Sí, el tiempo. Es una de las grandes razones por las que la Costa Blanca es famosa. Aunque en algunos días los chubascos pueden ser fuertes —muy fuertes incluso—, durante la mayor parte del invierno la zona disfruta de uno de los mejores climas de la Europa continental. Las máximas rondan habitualmente los 15 grados en invierno, con mínimas apenas por debajo de 10 grados. Y el sol asoma con frecuencia. Pregunten a cualquiera que viva en el centro, el este o el norte de Europa... No es algo habitual.

No es casualidad que muchos profesionales, incluidos nombres como Mathieu van der Poel y Remco Evenepoel, residan en la Costa Blanca gran parte del año. Tienen los medios, y cuando buscas rendir a tu mejor nivel todo el año, evitar la lluvia y el frío —que traen enfermedades— durante el invierno suena a decisión acertada. Además de todos los otros factores ya mencionados.

Sí, la subida... No tiene nada especialmente singular. No la subí en bici, fui en coche. Un descenso tenso, con una niebla densísima y una elevada densidad de ciclistas en la carretera que convirtió el trayecto en un desafío en vías que me eran ajenas. Por desgracia, ese día no pude disfrutar del buen tiempo que caracteriza a la región.

Las vistas desde las laderas del Coll de Rates son preciosas. Al menos eso dice la mayoría. Yo no pude verlas al subir por la vertiente de Parcent. Es la más famosa, pero hay dos vertientes para coronar. La subida tiene 6,5 kilómetros al 5,2%, y parte de su popularidad quizá reside en que es “asequible” para la mayoría de ciclistas amateurs con relativa comodidad.

Al coronar, se puede ganar aún más altura por una carretera de firme rugoso. El Tossal dels Diners añade 3 kilómetros con rampas que superan a menudo el 10%. Muchos optan por encadenarlo, como hizo aquella mañana Mattias Skjelmose, que gritó su cambio de plan al director Kim Andersen, que le esperaba en un coche del Lidl-Trek en la cima.

Aquel día, el equipo estadounidense me había confirmado que muchos de sus corredores entrenarían en sus laderas. Así fue, pero la mayoría evitó detenerse en la cima por el frío, el viento fuerte y la niebla densa: mala idea enfriar el cuerpo antes de un descenso rápido. Pese a las malas condiciones, un buen número de ciclistas amateurs seguía pasando por la cima en ambos sentidos.

Tras dejar la cumbre, descendí por la vertiente de Tàrbena. En 500 metros se abrieron las nubes y apareció el sol. Las carreteras del lado occidental de la sierra son muy diferentes: no es una ascensión constante para medir piernas, sino terreno quebrado. Tras el pintoresco pueblo de Tàrbena llega una subida dura y relativamente larga por la que bajé en coche, con muchos aficionados y profesionales a la vista circulando en ambos sentidos.

Muchos ciclistas afrontan esta subida con la idea de evaluarse. En estas fechas no quieren grandes puertos alpinos, y además, el entrenamiento moderno no parece avalar ese trabajo a mediados de diciembre. La modernización del ciclismo profesional también implica que corredores de todos los niveles usen Strava. Y quizá ahí radica buena parte de su fama. Un KOM... No uno cualquiera, posiblemente el KOM más famoso del mundo ahora mismo, en una subida rara vez usada en competición, pero que en invierno ve a muchos ciclistas de alto nivel exprimirse al máximo.

En el Top10 de la subida, donde los mejores se mueven en medias de 30 km/h o más, aparecen detalles interesantes. La fecha más lejana del listado es la de cierto Jonas Vingegaard en… marzo de 2018. Fue el año anterior a su llegada al Team Visma | Lease a Bike, y ese registro se tomó como referencia de un talento con nivel para una estructura WorldTour. No es irónico: el scouting, incluso hoy, a veces se apoya en plataformas como Strava, porque ni en condiciones ideales se lideran tablas de este tipo por casualidad.

Así, un gran tiempo o incluso un récord de subida aquí puede convertirse en tarjeta de presentación para amateurs o sub-23 sin agente, sin gran nombre o con dificultades para hacerse ver.En marzo de 2024, el danés Peter Oxenberg, de 18 años y corredor del Coloquick —donde militaba Vingegaard cuando intentó su KOM—, fijó un nuevo récord de 12:38. Tres meses después, firmó con INEOS Grenadiers. El mensaje es claro: vuela en el Coll de Rates y los equipos WorldTour llamarán a tu puerta.

Pero hay más historia detrás… Iba a retomar un tema que llevaba tiempo sin novedades. Pero, tras mi salida de España, la subida volvió a los titulares apenas un día después. En la jornada final de su concentración, UAE Team Emirates - XRG envió a uno de sus grupos al Coll de Rates y, como en diciembre de 2024, montó un lanzamiento para Tadej Pogacar en la ascensión. “Bingo”, pensé. Pogi acaba de darle un nuevo impulso a este relato, porque más gente entenderá por qué esta subida tiene esta reputación.

Hace 12 meses estableció un nuevo récord de 12:21 en la subida, batiendo la marca de Oxenberg. Esta vez, repitieron el lanzamiento a fondo con al menos Jan Christen, Tim Wellens e Isaac del Toro arropando al esloveno y ensayando lo que podrían hacer más adelante en el año, más concretamente en la Cipressa dentro de los próximos tres meses.

Ahora, Pogacar paró el crono en 11:57, rompiendo la “barrera de los 12 minutos”, subiendo a una media de 32,3 km/h. Es un nuevo récord y debería durar muchos años, salvo que él mismo lo mejore en los próximos campos de invierno. La voluntad suya y del equipo de usar la subida como banco de pruebas para la forma de sus mejores ciclistas y de poner a Pogacar a tope en pleno invierno demuestra lo grande que es esta ascensión, en sentido figurado.

Matevz Govekar, de Bahrain - Victorious, resumió por qué tantos amateurs también suben este puerto. Saben a quién pueden encontrarse en sus curvas: “Puedes acercarte muchísimo a tus ídolos, si eres un gran aficionado al ciclismo”.

Imaginen. Subes el mismo puerto que el campeón del mundo está afrontando a plena potencia, el mismo día. Quizá incluso lo veas en la subida o en la cima. El ciclismo mantiene una cercanía con los deportistas que pocos deportes ofrecen, y aquí los aficionados la disfrutan de una forma única, que atrae a muchos a la zona. Y este puede ser uno de los pocos “KOM” que de verdad importan, porque recoge esfuerzos reales de profesionales, pero fuera de competición.

Diría que es un factor clave. Pocos lugares en el mundo te permiten subir a tope y saber que ese mismo día el campeón del mundo hará lo mismo, en carretera abierta. Y puedes verlo y hablar con alguien como él en la cumbre. Las carreras ya acercan mucho a sus estrellas, pero este tipo de contacto es algo especial.

Este reportaje no tendría sentido sin saber qué piensan algunos ciclistas de la subida. Gente que escala muchas veces más rápido de lo que yo podría, que vive el entrenamiento y entiende por qué esta montaña destaca sobre el resto. Algo que, como primerizo en sus rampas, no podría explicar.

Hablar con una ciclista local no fue posible, lo que ilustra aún más la popularidad del puerto. Estaba repleto de amateurs y semiprofesionales que viajaron a la zona para entrenar.

La española de 22 años Lur Zufira, sub-23 del equipo femenino Zatika, afrontaba su tercer año de concentración en la zona. Natural del País Vasco, irónicamente llegó a la Costa Blanca para encontrar peor tiempo que en casa. “Es una subida preciosa, y hay muchos ciclistas, eso te hace venir más”, me dijo. La popularidad de la subida alimenta aún más su fama, como una bola de nieve.

Gatien Le Rousseau fue otro ciclista con el que charlé en la cima. No, no sabía entonces que hablaba con un ex campeón del mundo de paraciclismo y bronce en los Paralímpicos de París en la persecución C4 masculina. ¿No es justo el ejemplo perfecto de lo que trata este artículo? Puedes encontrarte cara a cara con un campeón del mundo en sus rampas un día cualquiera de diciembre. Por eso es la subida invernal más famosa del mundo.

Con los colores de Cofidis, contó que cada año viaja a la zona para preparar su calendario. “Quiero decir, es bastante fácil y también regular, así que podemos hacer muchos ejercicios (intervalos, ed.) en ella. Y también está la competición de los mejores por llevarse el KOM”. El francés apuntó algo valioso: no solo permite ir a tope, sus pendientes regulares posibilitan series serias, pero también tomárselo con calma si ese es el plan.

Y algunos suben por puro disfrute. A unos cuantos les gusta la sensación de escalar, crucial para quienes compiten por los mejores premios del deporte. “La escalada para mí es algo realmente especial porque es la parte del ciclismo que siempre intento tener como uno de mis puntos fuertes y en la que trabajo muchísimo desde que empecé a competir en bici”, explicó Antonio Tiberi, quinto en el pasado Giro d’Italia, cuando se le preguntó por qué es especial.

“Al crecer siempre mantuve, cómo decirlo… esas constantes de seguir subiendo para conservar esta cualidad […] Te sientes más conectado con la bici y con lo que realmente haces como ciclista y, sí, para mí es la mejor parte de este trabajo, sin duda”.

A fin de cuentas, el Coll de Rates es y seguirá siendo plato fijo para muchos profesionales durante sus entrenamientos invernales en la Costa Blanca. No va a perder vigencia, y muchos seguirán intentando dejar su nombre con exhibiciones de potencia. Y, mientras lo hacen, muchos más tratarán de seguir las huellas de sus ídolos.