Más alla´ de los 15 últimos minutos de contrarreloj del Monte Lussari, con la salida de cadena de
Primoz Roglic y el sudor acumulado de un
Geraint Thomas reventado que finalmente no podía conservar el rosa, no ha sido un
Giro de Italia para recordar.
Nos las prometíamos muy felices con la participación bestial y con el en teoría gran recorrido que demostró no ser acertado teniendo en cuenta lo que es el ciclismo en 2023. Todo empezó a venirse abajo con el abandono del gran favorito, Remco Evenepoel, cuando iba de rosa. A partir de ahí todo fue cuesta abajo.
Y es que los grandes protagonistas de este Giro de Italia 2023 han sido los fugados. No han sido (por diferentes razones) Remco, Primoz, G y Joao Almeida. Han sido los Derek Gee, Ben Healy, Nico Denz, Thibaut Pinot y compañía.
Ha sido un Giro que nos hemos pasado esperando al día siguiente a que sucediera algo y el día siguiente nunca llegó. A la organización todas las ideas le acabaron saliendo mal:
1. Pongo 3 cronos para atraer a una estrella como Remco Evenepoel y a los 10 días abandona por Covid.
2. Pongo una bestialidad de montaña en la última semana, lo que provoca 2 primeras semanas sin nada y una última con marcajes tremendos y casi sin ataques.
3. Pongo la crono más dura de la historia en la penúltima etapa, lo que provoca que todos le tengan miedo, piensen que todo se va a jugar ahí (como acabó sucediendo) y no hacen nada hasta entonces.
Como decimos, ha sido un Giro de Italia para olvidar. Especial crítica quiero hacer a
Jumbo-Visma e
INEOS Grenadiers, los dos equipos más ricos del pelotón, que no han propuesto absolutamente nada.
Roglic mereció ganar al final porque fue más fuerte en el Monte Lussari, donde decidieron jugárselo todo. Así de simple. Sin más. No hubo nada hasta ese momento. Ni Jumbo intentó endurecer la carrera para que al menos Roglic pudiera ganar segundos con bonificaciones en etapas ni INEOS hizo lo propio o usó a Arensman o De Plus como plan B para desgastar a Roglic y que llegara más quemado al final.
INEOS Grenadiers sacó su famoso 'treno' a relucir, que en este caso fue más bien un trenecito, ya que no hizo daño a sus rivales y su corredor perdió al final la carrera. Jugar siempre a lo mismo acaba provocando derrotas...