"El año pasado ganamos cuatro etapas en el Giro; ahora estamos a cero. Seamos realistas: No veo que las cosas vayan a ser diferentes en Roma", dice Lefevere en una columna brutalmente honesta para Het Nieuwsblad. "Es una pena, pero nuestro Giro estaba prácticamente acabado cuando
Mikel Landa se estrelló en la primera etapa", añade el ex director del equipo belga;
"Por supuesto, tenemos al velocista Paul Magnier, pero se da cuenta de que el Giro no es la Etoile de Bessèges. Eso, no me malinterpreten, no es en absoluto una crítica. Tiene 21 años y disputa su primera Gran Vuelta. Tiene una curva de aprendizaje. Paul también ha tenido mala suerte en este Giro. Tuvo una fuerte caída en la etapa de Nápoles. Y aún así consiguió terminar tercero: bien hecho", afirmó.
"El año pasado sufrió una grave caída en el Tour de Gran Bretaña, en la que subestimamos ligeramente el impacto y tuvimos que dejarlo en el hospital, en parte por necesidad. Esa caída le pasó factura, pero ya ha dejado atrás ese episodio, a juzgar por lo visto en Nápoles", opinó Lefevere.
Cipollini hoy en día
"En este Giro, las oportunidades para los velocistas como Paul son escasas. Si Mario Cipollini hubiera sido un corredor de hoy, nunca habría logrado sus 42 victorias en el Giro", argumenta Lefevere. "Con un poco de suerte, hemos tenido tres etapas llanas. Por lo demás, siempre hay alguna elevación, y entonces Mads Pedersen, que está en la forma de su vida, es imbatible".