Lo que prometía ser una nueva muestra de talento del doble ganador del Tour de Francia,
Jonas Vingegaard, en el
Campeonato de Europa de Ciclismo se convirtió en una inesperada decepción. El ciclista danés, que llegaba a Francia con aspiraciones de medalla, abandonó sus opciones apenas a 109 kilómetros de la meta, incapaz de seguir el ritmo de los favoritos.
El desconcierto fue inmediato tanto entre los aficionados como entre los
medios daneses. El periodista de Eurosport Anders Mielke, presente en la carrera, no escondió su sorpresa:
“Estaba en shock. Nos preguntábamos, con todo el respeto, si Jonas había entrenado desde la Vuelta”, comentó.
Desde los primeros compases de la carrera, Vingegaard mostró signos de debilidad. Según reveló Mielke, el propio Jonas confesó a su compañero de selección, Mattias Skjelmose, que no se sentía bien.
“Skjelmose intentó motivarlo, le dijo que era normal no sentirse bien en las primeras horas de una clásica. Pero no funcionó”, explicó el reportero.
Vingegaard acabó perdiendo el contacto con un pelotón de más de 70 ciclistas tras un ataque del dúo belga Cras-Lecerf. Una escena desconcertante teniendo en cuenta los altos estándares que el danés ha establecido en las últimas temporadas.
La maldición de las clásicas
Aunque Vingegaard ha brillado en las grandes vueltas —ganador de dos Tours y una Vuelta—, las carreras de un solo día siguen siendo su asignatura pendiente. En Dinamarca, existía un cauto optimismo por su rendimiento en el Europeo, especialmente después de señales positivas durante los entrenamientos previos.
“Desde la selección danesa aseguraban que Jonas estaba volando en la preparación. Había mostrado más explosividad que nunca”, dijo Mielke. Sin embargo, esa promesa no se materializó en la competición.
Para Mielke, el bajo rendimiento de Vingegaard va más allá de lo físico. Sugiere que su personalidad y estilo de carrera encajan mejor en pruebas por etapas:
“Jonas no es un corredor de riesgo. Necesita un plan, referencias claras, directores deportivos guiándolo desde el coche… cosas que no existen en un Europeo o un Mundial”, afirmó.
Jonas Vingegaard, ganador de la Vuelta a España 2025
La preparación para las clásicas no parece estar en los planes del ciclista de 28 años. De hecho, Mielke confirmó que Vingegaard no correrá las Ardenas el próximo año, ya que planea un ambicioso doblete Giro-Tour. Y puede que no se detenga ahí.
“¿Por qué no hacer también la Vuelta?”, se pregunta Mielke. La idea no es descabellada: según reveló el periodista, la esposa de Vingegaard, Trine, expresó en una entrevista su sueño de verlo disputar las tres grandes vueltas en un mismo año. “Si gana el Giro y sube al podio del Tour, solo le faltaría el podio de la Vuelta para hacer historia”, añade Mielke.
Lejos de ser un fracaso, el paso en falso de Vingegaard en el Europeo podría verse como una reafirmación: su corazón está en las grandes vueltas. Obligar a un corredor como él a brillar en las clásicas tal vez sea ir contra su esencia. “Es mejor que haga lo que más ama, antes que intentar demostrar algo en las clásicas”, concluye Mielke.