El equipo Visma - Lease a Bike tuvo una batalla histórica en la
Vuelta a España del año pasado, ya que los tres puestos del podio estaban ocupados por el mismo equipo y los tres querían ganar. Al final,
Sepp Kuss lo consiguió, y tiene que agradecérselo en parte a
Mikel Landa.
La historia se desarrolló de forma bastante interesante. Kuss se unió a la escapada y ganó la primera etapa de montaña de la carrera, acumulando una ventaja de varios minutos sobre sus compañeros de equipo Jonas Vingegaard y Primoz Roglic; y el resto de la competición. Al principio se pensó en él como un outsider que podría desempeñar, con ello, un papel de apoyo a sus líderes que ahora tenían menos, responsabilidad, pero resultó ser una historia mucho más grande en desarrollo, ya que Kuss escaló como nunca.
El estadounidense, esta vez lejos del papel de domestique, demostró un nivel de escalada superior al de todos los demás participantes en la carrera, aparte de sus compañeros de equipo. Todo ello culminó en la etapa 17, que terminó en la cima del brutal Alto de l'Angliru. Primoz Roglic buscaba la victoria en la general y dejó tirado a Kuss cuando el trío rodaba aislado en cabeza de carrera, y Vingegaard le siguió. Al final, Kuss fue alcanzado por Mikel Landa. Aunque en una subida así el efecto del rebufo no sería significativo, Kuss siguió la rueda de Landa y sólo perdió 19 segundos en el día, lo que le permitió conservar el maillot rojo.
"Pensé que había perdido el maillot. Landa nunca más tendrá que pagar su propia cerveza", dijo Kuss en broma en el documental All In. Kuss acabó ganando la carrera, ya que el equipo decidió por unanimidad mantener la clasificación tal y como estaba, recompensando al estadounidense con una victoria increíble que cambió su carrera.