Mikel Landa sufrió una dura caída en la
Itzulia. Libró la que dejó fuera a su líder Evenepoel, Vingegaard y Roglic porque iba conduciendo con maestría el pelotón, pero al día siguiente en los primeros kilómetros se fue al suelo y tuvo que abandonar la prueba con collarín en ambulancia.
Ahora, semanas después, el ciclista del
Soudal Quick-Step continúa con su recuperación y con molestias. En una entrevista con los compañeros de
Ciclo 21 asegura todavía tener dolores aunque espera correr el
Tour de Francia y la
Vuelta a España, sus dos grandes objetivos de 2024:
"Estoy dolorido. Hay días que estoy mejor y otros en los que peor. Por suerte, es una lesión que ya conozco. Ya me he roto anteriormente la clavícula y las costillas. Con un poco de paciencia todo irá bien y podré estar en el Tour y Vuelta".
Lamenta que la lesión haya llegado cuando se encontraba en un gran momento de forma (venía de ser segundo en la Volta tras Pogacar): "Mentalmente ha sido algo que no me esperaba. Llevaba tiempo sin caerme, sin tener una lesión grave y justo ha llegado cuando menos lo esperaba. Estaba en un buen momento de forma, la verdad. Estaba disfrutando muchísimo, como hacía tiempo que no disfrutaba".
"Me estaba divirtiendo, me daba igual todo, era solo la bici, divertirme y atacar donde sea. Pero bueno, esto te hace recordar lo cruel que es este deporte", finalizaba lamentando el corredor alavés, que debe ser el hombre clave de Remco Evenepoel en el próximo Tour de Francia.