Michael Morkov ha contribuido a lo largo de los años a que corredores de la talla de
Mark Cavendish y Fabio Jakobsen se hayan situado en posiciones privilegiadas para lograr numerosas victorias de etapa en Grandes Vueltas.
Hablando con Velo recientemente como parte de su serie "Historias de origen", el danés recordó los primeros días de su carrera ciclista y los retos a los que se enfrentó mientras se hacía un nombre. "Mi padre era un gran aficionado al ciclismo. Mi abuelo y él solían ir todos los años a los Seis Días de Copenhague", cuenta Morkov a Velo. "Mi abuelo y él eran reparadores de televisores. En aquella época, mi abuelo representaba a Phillips y se dedicaba a reparar televisores Philips. Un día, un cliente le dio dos entradas para los Seis Días de Copenhague. Fue allí y quedó maravillado. Así fue como mi familia se interesó por el ciclismo".
A pesar del amor inmediato de la familia Morkov por el ciclismo, al danés no le resultó fácil convencer a su padre para que le permitiera montar en bicicleta. "Le dije a mi padre que me gustaría empezar a montar en bici. Mi padre nunca fue un tipo que se lanzara al primer comentario. Tuve que decirle muchas veces que me gustaría hacer ciclismo, al final me dijo que me compraría una bici pero me hizo prometerle que seguiría haciéndolo. Siento que he cumplido esa promesa".
La primera gran oportunidad para Morkov llegó con su ascenso al World Tour en 2009 en el Saxo Bank. "Nunca fui el primer candidato para un contrato", recuerda Morkov con modestia. "Había otros corredores con más talento que yo, pero en ese momento estaba haciendo los Seis Días con Alex Rasmussen. Era un gran talento".
El danés Bjarne Riis, compañero de Morkov, estaba al frente del Saxo Bank en aquel momento y vio claramente potencial en Morkov y Rasmussen. "Bjarne lo fichó para 2009, y al mismo tiempo, éramos el famoso equipo nº 7 en los Seis Días de Copenhague, y un patrocinador vendió la idea de que Bjarne nos fichara a los dos. Me metí un poco como 'co-corredor' de este súper equipo".
A partir de ahí, no hubo vuelta atrás. Ahora, a sus 38 años, Morkov sigue siendo una figura central en un equipo World Tour, y su fichaje por el
Astana Qazaqstan Team le reunirá con su viejo aliado Mark Cavendish para un último hurra en 2024.