El ciclista de
BORA - hansgrohe Maximilian Schachmann, dos veces ganador de la París-Niza (2020-21), campeón del mundo de contrarreloj por equipos y múltiple campeón de Alemania, casi ha dejado atrás una época difícil. Su entrenamiento regular con el equipo vuelve a ir bastante bien y vuelve a disfrutar de las carreras. Tras su sobresaliente actuación en los Juegos Olímpicos de Tokio, en los que terminó la carrera en ruta a las puertas de una medalla, las cosas fueron cuesta abajo, sobre todo en lo que respecta a su salud.
Como muchos otros, el corredor, que ahora tiene 30 años, padeció de COVID-19, que tuvo que sufrir durante mucho tiempo y que también le robó todas las fuerzas. En su defensa del título en la París-Niza, a la que había ido remontando poco a poco, Schachmann aún tuvo que retirarse prematuramente cuando una "gripe de marzo" le sorprendió, de nuevo no como único corredor.
"Tuve la gripe de marzo, como muchos otros. La mitad de los ciclistas estaban enfermos en ese momento y a mí también me afectó mucho". No obstante, Max Schachmann luchó por volver al pelotón y en el verano de ese mismo año terminó entre los 10 primeros en la Vuelta a Suiza y también logró un resultado decente en el Tour de Francia. Desgraciadamente, poco después enfermó de citomegalia, que en la mayoría de los casos en el ciclismo conlleva la pérdida de toda una temporada debido al proceso de recuperación.
Schachmann ha recuperado la salud y ha declarado a Cyclingmagazine.de que se siente bien y que espera con ilusión cada carrera. "No me falta mucho de mi nivel anterior, pero eso ya no es suficiente", dice riendo. "Sin duda me ha cambiado, aunque yo mismo no me dé cuenta. Sería ingenuo creer que una experiencia así no cambia a un atleta profesional".
Sin embargo, su ambición sigue siendo desmedida y por eso Schachmann pone toda su energía en las sesiones de entrenamiento con BORA - hansgrohe. "Mi objetivo es simplemente tener buenas piernas. Quiero llegar ahí para no romperme después de 4 horas y no participar en la final. Pero voy por buen camino, me estoy recuperando bien, tengo ganas de entrenar y estoy deseando que llegue la concentración en altitud." Y añade: "Todo se ha normalizado. Mi estado de ánimo vuelve a ser normal, incluso en casa. Vuelvo a estar sano, vuelvo a tener ganas. Eso marca una gran diferencia y me devuelve la calidad de vida".
Schachmann también sabe que ya no tiene nada que demostrar a nadie, por lo que afirma con la mente despejada: "Sé que se me juzgará por mis antiguos éxitos. He aprendido de los dos últimos años que no necesito levantarme y decir: voy a repetir lo que he conseguido. Me concentro en las cosas en las que puedo influir, mi entrenamiento, mis cualidades. Por supuesto que me gustaría correr carreras como las Clásicas de las Ardenas en plena forma. Para eso trabajo. Pero estoy trabajando en el siguiente paso". En consecuencia, poco a poco se está abriendo camino hacia un Max Schachmann tal vez nuevo. "Los cimientos están puestos, ahora falta el último escalón hacia la antigua fuerza", explica.