Uno de los temas de discusión más candentes del ciclismo en la actualidad es la seguridad de los corredores. En los últimos tiempos, los accidentes han sido muy numerosos. En el recuerdo permanecen los trágicos fallecimientos de Gino Mäder o Muriel Furrer, además de la brutal caída masiva en la Itzulia que pudo ser fatal para estrellas como Jonas Vingegaard, Primoz Roglic, Jay Vine o Remco Evenepoel.
Recientemente, el director del
Tour de Francia,
Christian Prudhomme, se ha pronunciado al respecto. Y lo ha hecho con una patinada que puede llevarle a ser objetivo de muchas críticas.
En declaraciones recogidas por
Cycling Weekly, Prudhomme dejó caer que mucha culpa de los accidentes en el ciclismo se debe a la velocidad a la que corren los ciclistas: "Más allá de su comportamiento y del trabajo de los organizadores, es absolutamente necesario reducir la velocidad con medidas apropiadas. ¡Los corredores van demasiado rápido!".
"Cuanto más rápido vas, mayor es el riesgo y la posibilidad de ponerse en peligro a sí mismo al resto", añade
Christian Prudhoome, demostrando no estar demasiado ubicado en este tema.
Poner el foco en las actuaciones de los ciclistas no es en absoluto la forma acertada de tratar este tema. Los corredores son más conscientes que nadie del peligro al que se someten cada vez que se suben a una bicicleta, y por tanto son los primeros que piensan en su integridad.
Unas declaraciones tan desafortunadas no pueden provenir de alguien tan importante como el director del Tour de Francia. Reforzar las medidas de seguridad no es pedirle a los ciclistas que bajen el ritmo de competición, ni mucho menos. Hacer las carreras más seguras es tarea de las organizaciones y de la propia
UCI. Si quieren que los pelotones reduzcan su velocidad en los tramos más peligrosos, la modificación de los recorridos es el primer paso para ello.