Dries de Bondt probablemente sea uno de los ciclistas menos inteligenes de la historia. De toda la vida se ha ayudado a equipos por motivos económicos cuando uno está en último año de contrato. De toda la vida se ha ayudado por mil razones. Pero nunca se ha reconocido en público.
Durante la etapa 20 del pasado
Giro de Italia Dries de Bondt, en último año de contrato con Decathlon, ayudó a
Richard Carapaz durante algunos metros. Acto que puede ser criticable, se podía pensar mal teniendo en cuenta que estaba en último año de contrato, pero lo grave llegó después cuando el belga confesó que había ayudado al EF después de unas palabras con un director deportivo del equipo americano.
La UCI en esta ocasión no tiene excusa para mirar por otro lado y ha decidido investigarlo (algo de trabajo extra para ellos más allá de los calcetines largos y ese tipo de asuntos por el que multan y sacan amarillas).
Estas fueron las palabras de De Bondt: "Todavía no tengo claro si mi equipo me permitirá seguir en 2026. Así que me pareció una buena idea promocionarme durante el Giro. Después de esa acción, me hicieron muchas preguntas sobre por qué lo había hecho. Y eso era exactamente lo que quería, porque dejaba claro a todo el mundo que estoy en el mercado".
"Sólo tienen que darme un contrato si están convencidos de que pueden utilizarme allí. Si me llevan a la mesa con las personas adecuadas con las que hablar, eso ya es una victoria en sí misma", finalizaba.
Comunicado de la UCI
"Tras una investigación preliminar sobre los comentarios realizados al término de la vigésima etapa del Giro de Italia (31 de mayo) por el belga Dries De Bondt, ciclista del equipo UCI WorldTeam Decathlon-AG2R La Mondiale, la Unión Ciclista Internacional (UCI) ha considerado que dichos comentarios son claramente susceptibles de poner en entredicho la integridad de la competición.
Según sus declaraciones, recogidas por varios medios de comunicación, Dries De Bondt habría ayudado deliberadamente a un corredor del equipo EF Education-Easy Post tras la sugerencia de uno de los directores deportivos de dicho equipo, con la idea de que esto podría facilitarle al corredor la obtención de un contrato para la próxima temporada.
Con base en ello, la UCI ha decidido remitir el caso a su Comisión de Ética para que emita un dictamen sobre los hechos y valore la posibilidad de imponer sanciones al corredor y/o al director deportivo si se determina que su comportamiento infringe el Código de Ética de la UCI, en particular los artículos 8.1 y 2 del Anexo 2.
No se harán más comentarios hasta que concluyan los procedimientos".