Jonas Vingegaard se ha asegurado una segunda victoria consecutiva en el Tour de Francia, al adjudicarse una posición dominante al frente de la clasificación general con más de siete minutos de ventaja sobre Tadej Pogacar. Sin embargo, para Michel Wuyts no fue suficiente.
"Podría haber demostrado ser un campeón aún mayor", dice el analista belga a HLN, refiriéndose al final de la etapa 20 como la raíz de sus frustraciones. "Me quedé con hambre cuando Vingegaard se negó a tomar el relevo de Pogacar. Lloviznaba un poco. Vingegaard actuó como una comadreja asustada. En parte porque le gusta estar rodeado y echaba de menos a Kuss. Pero también porque temía una derrota contra Pogacar. Con siete minutos de ventaja, había margen para recoger el guante".
Wuyts, que a principios de este año dijo que veía a Remco Evenepoel como el verdadero ganador del Giro de Italia, a pesar de que fue Primoz Roglic quien se llevó la Maglia Rosa en Roma, no quedó impresionado por la actuación de Vingegaard en la 20ª etapa. "Vingegaard podría haber perdido unos segundos como mucho. Entonces muéstrate como un campeón y completa la fantástica obra que es este Tour".
Wuyts también se refiere a los interrogantes que ha suscitado el dominio de Vingegaard, ya que algunos han empezado a plantearse cuestiones de dopaje. "Dada la historia de este deporte, es justo que se hagan preguntas. Sobre todo si alguien va 4,5 segundos por kilómetro más rápido que el rival más cercano en una contrarreloj", afirma el belga. "Pero suma todos los detalles que conforman esas diferencias tan llamativas y casi lo conseguirás. El único interrogante sigue siendo el apoyo médico. Los equipos también han tomado medidas en materia de recursos de recuperación. Estaría bien que mostraran cómo consiguen que sus corredores lleguen a la salida lo más frescos posible cada día".