Nada ni nadie parecía capaz de frenar la marcha triunfal de Mathieu van der Poel este domingo en la edición 2025 de la mítica París-Roubaix. El neerlandés, líder indiscutible del Alpecin-Deceuninck, escribió otro capítulo legendario en su carrera al conquistar por tercera vez consecutiva el Infierno del Norte. Sin embargo, mientras las ovaciones aún resonaban en el velódromo, un nuevo frente de batalla se abría: el jurado de carrera decidía imponerle una sanción económica.
Según la organización, Van der Poel recibió alimentación ilegal desde el coche de equipo en los últimos 14 kilómetros, cuando ya marchaba en solitario rumbo a la gloria, resistiendo con todo su cuerpo el acecho invisible de Tadej Pogacar, que buscaba remontar tras su caída.
Por esta infracción técnica, tanto Van der Poel como su director deportivo Christoph Roodhooft fueron sancionados con 1.000 francos suizos cada uno. Un golpe burocrático que, sin embargo, no parece tener la fuerza suficiente para apagar el fulgor de una de las victorias más memorables en la historia reciente de esta carrera.
En su declaración posterior al triunfo, el flamante campeón no ocultó la dureza del desafío. "Sufrí mucho en los últimos 30 kilómetros", confesó Van der Poel, visiblemente exhausto pero aún vibrando por la victoria. "Después del error de Tadej, me vi obligado a ir solo desde muy lejos. Fue durísimo, pero no tenía otra opción. Tenía que resistir".
Con estas palabras, el neerlandés no solo reconocía la grandeza de su rival, sino también el titánico esfuerzo físico y mental necesario para mantenerse en pie, sobre los adoquines, cuando el cuerpo pedía rendirse.
La lupa del jurado no se detuvo en Alpecin-Deceuninck. Otros equipos también fueron señalados por diversas infracciones, en una jornada donde las emociones se mezclaron con la rigurosidad del reglamento.
Don't think we've seen a finish line photo quite like that one from Mathieu van der Poel!#ParisRoubaix pic.twitter.com/DdhMqFP32y
— Mathew Mitchell (@MatMitchell30) April 13, 2025