Puede que
Tom Dumoulin haya colgado la bicicleta hace ya tres años, pero su nombre sigue brillando en los titulares deportivos. El campeón del Giro de Italia 2017, célebre por su elegancia sobre la cabra y su precisión milimétrica en las contrarrelojes, volvió a acaparar la atención del público el pasado domingo al protagonizar una actuación sobresaliente en su debut en el maratón de Ámsterdam.
El holandés paró el cronómetro en 2 horas, 29 minutos y 21 segundos, una marca extraordinaria para un corredor aficionado que apenas se estrena en la distancia. A sus 34 años, Dumoulin demostró que su ambición competitiva sigue intacta, incluso lejos del ciclismo profesional.
Dumoulin puso fin a su carrera ciclista en 2022, tras más de una década en la élite, pero su necesidad de medirse con el límite físico no desapareció con la retirada. En la TCS Amsterdam Marathon, decidió comprobar hasta dónde podía llegar su cuerpo en una disciplina completamente distinta.
No era su primera experiencia con el running: dos años antes ya había sorprendido con una media maratón en 1:10:04 también en la capital neerlandesa. Sin embargo, el maratón completo (los exigentes 42,195 kilómetros) suponía un salto monumental.
Aun así, su debut no defraudó: se situó entre los cincuenta mejores maratonianos holandeses del año, pese a correr como simple aficionado y sin licencia federativa.
“Quería correr por debajo de las dos horas y media, y eso es lo que hice, pero fue doloroso”, confesó Dumoulin a
HLN tras cruzar la meta. “Salí demasiado rápido. Me sentía muy bien y pensé: ‘A ver qué pasa’. En la bici nunca haría eso; sé exactamente lo que puedo hacer y cómo marcar el ritmo. Con la carrera a pie también lo sé, pero simplemente disfruto”.
El arranque fue, en efecto, fulgurante. Tras los primeros 10 kilómetros, Dumoulin iba en ritmo de 2:18, una cadencia de corredor profesional. Durante ese tramo inicial llegó incluso a correr en el mismo grupo que la etíope Aynalem Desta, la ganadora femenina final, que terminó en 2:17:38.
Pero esa euforia inicial pronto pasó factura. A medida que avanzaban los kilómetros, su cuerpo comenzó a rebelarse contra el ritmo.
Tom Dumoulin sigue brillando sobre la carretera
El cuerpo dice basta
“Hay tanta diferencia entre lo que puede soportar mi forma física y lo que pueden mis músculos y tendones”, explicó con honestidad. “Estaba en ese grupo pensando: ‘¡Puedo con ellos!’. Pero a mitad de carrera empecé a tener calambres y pensé: ‘Esto va para largo’. Sinceramente, pensé que tendría que abandonar. Paré dos veces con calambres, creo que sobre los kilómetros 25 y 35”.
A pesar del dolor, Dumoulin no se rindió. Su fortaleza mental, la misma que le llevó a ganar un Giro de Italia y un Mundial contrarreloj, volvió a aflorar en los kilómetros finales. Donde otros habrían abandonado, el holandés siguió adelante, gestionando el sufrimiento con disciplina y orgullo.
Incluso encontró energía para acelerar en los últimos metros, cruzando la meta justo por debajo de su objetivo personal de dos horas y media. Fue una victoria simbólica: un recordatorio de que el espíritu competitivo no se retira nunca.
Sus parciales cuentan la historia completa: 1:09 en la primera mitad y 1:20 en la segunda, una diferencia que revela tanto su potencial como lo mucho que aún puede aprender. “Mi bajón fue enorme”, reconoció. “Realmente se nota que aún no he procesado el kilometraje”.
Lejos de improvisar, Dumoulin se había preparado con rigor, extendiendo sus rodajes largos hasta los 34 kilómetros en las semanas previas a la carrera. Aun así, admitió que el equilibrio entre entrenar lo suficiente y evitar lesiones sigue siendo un desafío para alguien que apenas comienza en el mundo del running de fondo. “Es una línea muy fina entre no lesionarse y correr lo suficiente”, reflexionó. “Hice lo que pude”.
Fiel a su estilo franco y sereno, Dumoulin resumió su experiencia con una sonrisa:
“Ahora que ha terminado, el maratón me parece divertido, pero pregúntame mañana y te diré que no”, bromeó. “Pregúntame la semana que viene y quizá vuelva a decir que sí. Así que no me preguntes todavía si correré otro”.