El Soudal - Quick-Step había tenido una primavera muy decepcionante en los adoquines, su terreno de casa. La actuación de Kasper Asgreen en el Tour de Flandes no fue exactamente la soñada por el equipo, pero recuperó su buena forma y estuvo en la batalla por la victoria.
"Esto está más en línea con lo que espero de mí mismo. Ha sido un largo camino de vuelta, todavía me falta algo a la hora de seguir a los demás, pero espero que este haya sido el último paso que necesitaba para volver a ser el de antes", dijo Asgreen en un comunicado de prensa. El danés, ganador de la edición de 2021, se encontró como la principal opción del Quick-Step en la jornada después de que tanto Julian Alaphilippe como Yves Lampaert se fueran al suelo en la caída masiva de los primeros compases de la carrera.
"Como nos faltaban un par de chicos debido a esas caídas anteriores, decidí ir desde lejos", dijo. Él mismo tomó el timón en el Molenberg, atacando y rompiendo la carrera en pedazos en cabeza. Allí se creó un grupo numeroso y muy fuerte, que dificultaría incluso a los "tres grandes" alcanzar la cabeza. Asgreen fue una cara frecuente en la cabeza del grupo durante las ascensiones, y consiguió rodar cerca de los mejores en los últimos bergs del día.
"Trabajamos bien juntos en ese movimiento, creímos en nuestra oportunidad y seguimos empujando todo el tiempo. Tener a Tim (Merlier, que había estado en la escapada, ed.) allí fue muy importante, ya que fue de gran ayuda". Asgreen llegó séptimo a la línea de meta, formando parte del grupo perseguidor que luchaba por el tercer puesto. Una mejora respecto a lo que había mostrado el equipo, pero lo más importante quizás es que fue una carrera al ataque y nunca a contrapié.
"Estar entre los 10 primeros en una edición de Flandes tan dura e implacable es una gran inyección de moral para todos nosotros, que llega después de una muy buena carrera no sólo mía, sino de todo el equipo", concluyó. París-Roubaix será el próximo objetivo de Asgreen y en el que podrá ambicionar más;