Jonas Vingegaard puede ser considerado el mejor vueltómano del planeta junto a Tadej Pogacar. Ambos se han repartido los último cinco maillots amarillo en el Tour de Francia, con dos para el danés. Su temporada 2024 ha sido muy complicada por culpa de una caída en la Itzulia que le impidió prepararse todo lo bien que quería para la ronda gala. A pesar de ello, consiguió quedar segundo en la clasificación general final, por detrás de su gran rival esloveno.
"Estoy a punto de decir que no hay nadie como él en el pelotón. Muchos quieren ser como él, pero no lo consiguen", afirma Christian Andersen, ex entrenador de Vingegaard, en una entrevista para
Ekstra Bladet.
Aunque ambos se separaron hace más de cinco años, después de que Vingegaard dejara el equipo continental Coloquick, siguen charlando de vez en cuando. ¿Cómo es? "Es tranquilo y pacífico. Para mí es divertido, y para él también. No hablamos de consideraciones tácticas".
Los daneses solían charlar sobre asuntos familiares y cotidianos, en lugar de consultar el ciclismo. "Este tipo de cosas significan mucho para Jonas", recuerda Andersen. "Hay que tener cuidado de no subestimar lo mucho que significa tener seguridad y paz en la montaña".
Vingegaard se siente muy orgulloso y seguro de su familia: "Al principio, te influyen muchas cosas cuando te conviertes en ciclista profesional. Jonas también se ha convertido en eso, pero rápidamente ha encontrado su posición y ha sabido llenar esos cimientos, y sus cimientos son la familia."
La única persona que tiene un enorme mérito en esta estabilidad es Trine, la mujer de Jonas. "Lo han conseguido de forma absolutamente fenomenal. Le ha dado la paz que necesita. Necesita ser Jonas", dice y profundiza".
"No le importa que la gente se le pare al cuello todo el tiempo y que tenga que ser la gran celebridad. Eso no es lo que Jonas necesita. Consiguen crear una calma que le permite descansar en sí mismo. Jonas necesita eso".
"El ciclismo significa mucho, pero no hay nada más importante que la familia", concluye Andersen.