En los últimos años, el rendimiento en el ciclismo ha evolucionado mucho y el nivel es más alto que nunca. Aunque algunos se adaptan, otros encuentran dificultades para mantener el nivel de exigencia y concentración constante que se necesita para estar a este nivel.
Jai Hindley habla exactamente de esa situación.
"Ahora todo el mundo entrena en altitud. Los chicos prueban la altitud al principio de la temporada porque su objetivo son carreras más pequeñas en las que saben que pueden conseguir un resultado, quizá no puedan conseguirlo en carreras más grandes. En todos los ámbitos, el nivel es cada vez más alto y los chicos tienen que hacer cosas más extremas con su entrenamiento, llegar más al límite con el entrenamiento, la nutrición y el sacrificio", dijo Hindley en palabras a Cyclingnews y Velo. "Cada vez es mucho menos social con la vida. Parece que si no tienes visión de túnel, te quedas en la cuneta. Es bastante loco en realidad, y eso es sólo desde mi perspectiva desde 2018 hasta ahora."
Hindley reveló que en 2023 pasó cuatro semanas y media entrenando en altitud, y eso sin contar las concentraciones de pretemporada y el tiempo dedicado a viajar a las carreras y en ellas. Puede ser bastante difícil gestionarlo a nivel psicológico, incluso sin tener en cuenta la fatiga". El corredor australiano también ha sido uno de los más exitosos de la temporada en el panorama general del pelotón, y entiende que para aquellos que no tienen el balón rodando, puede convertirse en una tarea desalentadora.
"La mayor parte del grupo pasa tiempo lejos de la familia, de casa, de los amigos y de todo. Todo forma parte de ello. Es necesario en el ciclismo actual", opina Hindley. "En cierto modo, disfruto con el entrenamiento y el aislamiento, pero otro aspecto es que a veces puede ser muy aburrido y solitario... El deporte es súper exigente, físicamente y también con tu tiempo. Lo dedicas todo a tu trabajo. Tienes que ser muy apasionado para hacerlo. Si no estás al 110% estás luchando todo el tiempo".
El
BORA - hansgrohe detalla también cómo aguantó el final del Tour de Francia a pesar de una dura caída en la 14ª etapa que desbarató sus opciones de podio, a la postre una decepción tras un brillante inicio de carrera en el que consiguió una sabia victoria y vistió el maillot amarillo por un día. "El Tour es la carrera más grande y sigues adelante a menos que tengas como dos piernas rotas. Fue muy duro, especialmente la última semana, en la que estuve sufriendo cada día y perdiendo mucho tiempo cada día, y aún así intenté mantenerme en la lucha por la CG, pero fue una mierda ver cómo la CG se deslizaba cada vez más hacia abajo".
Formará equipo con Primoz Roglic en 2024 y seguramente ambos correrán el Tour de Francia. "Por supuesto, me encantaría volver y darle otra oportunidad y ver lo que puedo hacer y ver dónde estoy y dónde está el equipo". Podría acabar convirtiéndose en un corredor de apoyo para el esloveno, pero lo más probable es que haya algún tipo de coliderazgo, a menos que uno de los dos destaque especialmente.