Historias épicas del Tour de Francia: El día que Bouvatier se fue hacia el parking y perdió la oportunidad de su vida

Las últimas curvas no siempre son las mejores amigas de un ciclista francés. Aunque muchos todavía recuerdan con cariño la última curva de Christophe Mengin, no debemos olvidar una más antigua, la de Philippe Bouvatier. He aquí una mirada retrospectiva a un final épico y cruel.

El 17 de julio de 1988, se llevó a cabo una etapa clásica de montaña en el Tour de Francia, que partió de Blagnac, en el Alto Garona, y llegó a la estación de Guzet-Neige, en el Ariège. Esta etapa contaba con 163 kilómetros y tres puertos que los ciclistas debían atravesar, uno de ellos situado en la meta. En el kilómetro 70 de la carrera, un grupo de 15 corredores se escapó del pelotón principal. Sin embargo, a medida que avanzaba la etapa, solo quedaron cuatro ciclistas en cabeza: el británico Robert Millar, los italianos Ennio Vanotti y Massimo Ghirotto, y el francés Philippe Bouvatier.

Philippe Bouvatier, una gran esperanza del ciclismo en Normandía, participaba en su tercer Tour de Francia. Había sido campeón de Francia júnior en 1982 y su mejor resultado hasta la fecha había sido el sexto puesto en la contrarreloj por equipos de los Juegos Olímpicos de Los Ángeles en 1984. Esta etapa representaba la ocasión perfecta para añadir un gran nombre a su palmarés.

Las piernas de Bouvatier ardían en aquella jornada del 17 de julio. Se puso al frente del grupo y lideró la subida con determinación. El ritmo impuesto por el francés fue asfixiante para Vanotti, quien no pudo mantener el paso y se quedó rezagado. Sin embargo, Bouvatier sabía que los dos ciclistas que le seguían eran formidables. Robert Millar había logrado una de sus dos victorias en el Tour en Guzet-Neige en 1984, por lo que representaba una amenaza real.

Sintiéndose más fuerte que sus compañeros de escapada, Philippe Bouvatier decidió atacar a falta de 250 metros para la línea de meta. Ghirotto no pudo resistir el ritmo y explotó, mientras que Millar se descolgó unos metros. La etapa parecía asegurada para Bouvatier, quien solo debía tomar una última curva para alcanzar la victoria. Sin embargo, aquí es donde la tragedia se hizo presente.

Según el protocolo, un policía debía separar a los vehículos y a los ciclistas en la curva final. Los coches debían seguir recto, mientras que los ciclistas debían tomar la curva en ángulo recto hacia la meta. Sin embargo, la realidad fue distinta. El encargado de dirigir el tráfico solo agitaba los brazos y tenía un silbato en la boca, lo cual confundió a Bouvatier. Sin entender la situación, el francés se dirigió directamente hacia la zona de aparcamiento, seguido de cerca por Millar.

Esta confusión fue una bendición inesperada para el italiano Massimo Ghirotto, quien presenció cómo sus dos compañeros de escapada se estrellaban debido a la desorientación en la curva. Ghirotto aprovechó la oportunidad y tomó la curva con calma, asegurando la victoria. Robert Millar se dio cuenta rápidamente de su error, pero ya era demasiado tarde para corregirlo. Philippe Bouvatier terminó en la tercera posición.

La decepción de Bouvatier fue evidente. Según el reglamento, los corredores deben conocer perfectamente el recorrido de la carrera, y Bouvatier no pudo evitar el error. A pesar de esto, la dirección de la carrera le otorgó el título de "ganador moral" de la etapa. Como reconocimiento, Bouvatier recibió los regalos que originalmente se debían entregar al vencedor: un ramo de flores y un Peugeot 309.

Robert Millar aún tendría oportunidades de ganar etapas en futuras ediciones del Tour, mientras que Ghirotto, el "Steven Bradbury italiano", lograría más éxitos en su carrera, incluyendo tres etapas del Giro y otra etapa del Tour en 1990. Sin embargo, la historia de Bouvatier sería diferente. A pesar de su destacada actuación como corredor aficionado y de su quinto puesto en la clasificación de jóvenes en el Tour de aquel año, nunca volvería a tener una oportunidad tan grande de victoria. A los 24 años, el Tour de 1988 sería su penúltima participación en la prestigiosa carrera.

Philippe Bouvatier, el ciclista francés que protagonizó aquel final épico y cruel en 1988, falleció el 7 de abril de 2023. Su historia, marcada por la frustración y la promesa no cumplida, quedará en la memoria de los amantes del ciclismo como una lección sobre la importancia de las últimas curvas en una carrera. No siempre son las mejores amigas de un ciclista francés, pero sin duda, son momentos que perduran en la historia del deporte.

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