Como siempre ocurre en esta época del año, los aficionados, los analistas y los propios ciclistas empiezan a reflexionar sobre la temporada que ha transcurrido y a destacar los mejores momentos de la campaña. Uno de esos momentos destacados fue el de
Jonas Vingegaard en el
Tour de Francia.
De camino a ganar su segundo Maillot Jaune consecutivo, el líder del Jumbo-Visma realizó la contrarreloj de su vida. Como nunca se le ha considerado un experto contrarrelojista, en aquel momento se hablaba mucho de que el rival de Vingegaard, Tadej Pogacar, aprovecharía la 16ª etapa para recuperar tiempo en la clasificación general y quizás incluso ponerse él mismo el amarillo. Sin embargo, las cosas no fueron así.
Vingegaard arrasó a todos los participantes, incluido Pogacar, y terminó el recorrido de 22,4 km en 32.36. Un tiempo 1.38 mejor que el de Pogacar y casi tres minutos mejor que el de cualquier otro participante. Un tiempo 1.38 mejor que el de Pogacar y casi tres minutos mejor que el de cualquier otro participante. Una cabalgada realmente fenomenal del danés que prácticamente le aseguró la victoria general y que puede haber quebrado mentalmente a Pogacar antes de su quiebra física del día siguiente, en la que el esloveno perdió casi 6 minutos más;
"Hoy en día todo se mide en el ciclismo, pero Vingegaard sorprendió a todos los estadísticos sobre su bicicleta de contrarreloj en el Tour", recuerda José de Cauwer, analista de Sporza, en el marco de su balance de fin de año. "Incluso su propio director de rendimiento, Mathieu Heijboer, le miraba asombrado desde el coche. Fue genial cómo batió los números allí".