El joven velocista francés
Paul Magnier atraviesa un momento brillante en este cierre de temporada, acumulando triunfos a un ritmo frenético y demostrando que es uno de los corredores más en forma del pelotón.
El ciclista del Soudal – Quick-Step abrió con éxito el último tercio del año con una victoria de etapa en el Tour de Polonia, y desde entonces no ha dejado de sumar. En apenas una semana, ya ha conquistado tres victorias consecutivas, la más reciente el jueves durante la segunda etapa del
Tour de Eslovaquia, donde además defiende el liderato de la clasificación general a falta de tres etapas.
Tras su triunfo en tierras eslovacas, Magnier no ocultó su entusiasmo: “No ha podido ser mejor. Es fantástico ganar con el maillot de líder. El equipo ha funcionado a la perfección. Controlamos el ritmo desde el principio, y luego también tuvimos que controlar algunas aceleraciones de algunos corredores muy fuertes. Lo hemos hecho a la perfección”.
La etapa estuvo bajo control del Wolfpack desde el inicio, con un trabajo sólido de equipo para contener a la escapada. La ejecución final fue impecable: a falta de 500 metros, tres corredores del conjunto belga marcaron la pauta. A rueda de Dries Van Gestel y Yves Lampaert, Magnier apenas tuvo que esperar su momento para rematar en los últimos 200 metros. “Me guiaron perfectamente en los doscientos metros finales, y luego sólo tuve que rematar la faena”, explicó satisfecho.
Tres triunfos seguidos y un sprint impecable
La victoria en Eslovaquia no fue un hecho aislado, sino la confirmación de una racha triunfal. Para Magnier, se trataba de la tercera victoria consecutiva, contando también el GP de Fourmies, disputado el domingo anterior. “Estoy muy orgulloso de haber ganado hoy, tras otro excelente esfuerzo del equipo”, añadió el francés, siempre insistiendo en la importancia del trabajo colectivo.
Aunque el sprint final resultó limpio y preciso, el recorrido fue bastante más exigente de lo que podía parecer en un principio. La segunda mitad de la etapa estaba plagada de colinas que redujeron el grupo principal y provocaron que algunos de los rivales directos de Magnier en la llegada masiva, como Joppe Herremans (tercero en la etapa inaugural), perdieran contacto con el pelotón.
Además, la fuga del día contó con nombres de peso como Bart Lemmen y Paul Double, ambos escaladores fuertes que por momentos generaron cierta inquietud. Sin embargo, el equipo belga supo gestionar la situación con solvencia, evitando que los fugados adquirieran opciones reales de victoria.
Magnier se mostró una vez más agradecido con el control ejercido por sus compañeros: “No necesariamente ‘sin problemas’, sino que el equipo lo controló todo”.
Paul Magnier está pletórico en este final de temporada 2025
El plan fue claro: permitir que un reducido número de ciclistas se marchara, pero asegurarse de que la diferencia nunca resultara peligrosa. Con un ritmo alto y constante, neutralizaron cada movimiento, preparando el terreno para que su sprinter llegara con fuerzas al momento decisivo.
“Sólo dejamos ir a unos pocos pilotos, y luego tuvimos que asegurarnos de que el ritmo era lo suficientemente alto como para que no acabaran. Como he dicho, lo hicieron perfectamente. Yo sólo tenía que concentrarme en mi sprint. Eso es lo que hice, y estoy muy orgulloso de ello”.
Con tres etapas aún por disputarse, Magnier mantiene abierta la posibilidad de encadenar cuatro victorias consecutivas en el Tour de Slovaquie, lo que sería una hazaña extraordinaria. Sin embargo, el reto más exigente llega en la jornada del viernes, que incluye una subida de 16 kilómetros al 4% en la parte central del recorrido.
El francés es consciente de la dificultad, pero no se resigna: “Espero que sí. Es otra etapa dura, pero sin duda vamos a intentarlo”.