La
París-Roubaix es una carrera que tiene muchos momentos que marcan, algunos de los más importantes de la temporada de hecho, y el ex ganador
Fabian Cancellara cree que el pinchazo tardío de
Wout van Aert en el "Infierno del Norte" es uno de los momentos decisivos de esta primavera.
"...Sí, dos pinchazos. El pinchazo de Van Aert en el Carrefour de l'Arbre, justo cuando se lanzó al ataque, se recordará como la imagen definitoria del final, por supuesto. Pero el pinchazo de su compañero de equipo en el
Jumbo-Visma, Christophe Laporte, en la Trouée d'Arenberg, 70 km antes, ya había cambiado la dinámica de la carrera", dijo Cancellara en su columna Cyclingnews posterior a Roubaix.
Varios corredores sufrieron problemas mecánicos a lo largo de la carrera, pero quizá ninguno en momentos más importantes que el dúo Jumbo-Visma, que inicialmente atacó antes de Arenberg con superioridad numérica, y por la tarde la perdió por completo, no por haber sido atacado, sino por culpa de su equipamiento. "Pero en el bosque de Arenberg, Laporte pinchó, y creo que esto fue realmente decisivo. Influyó en la táctica de Wout a partir de ahí, porque de repente se vio superado en número por Van der Poel, que tenía a dos compañeros de equipo del Alpecin-Deceuninck - Jasper Philipsen y Gianni Vermeersch - como compañía en cabeza", explica el suizo.
"No sabemos cuál habría sido el resultado si Laporte no hubiera pinchado, pero su ausencia influyó sin duda en la táctica y la mentalidad de Wout a partir de ese momento. Con Laporte, Jumbo habría tenido otra opción y un corredor para enviar al ataque o para controlar el grupo. No hay más que ver lo bien que corrió Philipsen para Van der Poel. Sin Laporte, Wout tuvo que correr de otra manera", argumenta Cancellara.
Así fue finalmente, y van Aert corrió a la defensiva -con éxito- durante las horas siguientes. La carrera sólo se rompería en Carrefour de l'Arbre, donde se utilizaron las balas que había ahorrado. Philippe Gilbert ha culpado a van Aert de su propio pinchazo, pero Cancellara no comparte la misma opinión. "En cualquier caso, no creo que fuera un error de Wout, no creo que se pueda decir que tomara una mala trazada. Desde luego, no fue muy diferente a cómo Van der Poel rodaba en los adoquines. También podría haber pinchado varias veces, pero no lo hizo", dijo.
Mientras van Aert atacaba la carrera en busca de una posible victoria, pinchó y perdió mucho tiempo en una parte de la carrera en la que recuperarlo era muy complicado. Aún así recuperó terreno e incluso descolgó a la mayoría de sus compañeros de grupo y se metió en el podio, pero fue un duro trago. Cancellara también se mostró decepcionado por la falta de espectáculo final: "Es triste cuando tienes a dos grandes rivales como ellos en cabeza sólo para que la mala suerte haga mella. Pero eso forma parte del juego, de la carrera. Así es la París-Roubaix".
Sin embargo, esta victoria de van der Poel hizo que surgiera un nuevo aspirante al posible logro de conquistar los cinco monumentos, ya que el Alpecin-Deceuninck conquistó los dos que se califican como más difíciles de ganar esta primavera: Milán-Sanremo y París-Roubaix.
"Hace una semana, todos nos preguntábamos si Tadej Pogacar podría ganar los cinco Monumentos, y ahora se le planteará la misma pregunta a Van der Poel, que ha ganado la Milán-San Remo, la Vuelta a Flandes y la París-Roubaix", analizó, al tiempo que puso en duda que pudiera lograrlo debido a la naturaleza normalmente montañosa de Il Lombardía;