Los cerebros de
Alpecin-Deceuninck, Philip y
Christoph Roodhooft, rara vez se han distinguido por proclamas grandilocuentes. Pero al celebrar su tercer título consecutivo como Team Manager del Año en Bélgica, una frase cortó el ruido de raíz y captó a la perfección su mentalidad de cara a 2026.
“Estamos convencidos de que estamos haciendo algo bueno y algo correcto”,
dijo Philip a HLN. Es la idea que sostiene todo lo que los hermanos creen sobre dónde está su equipo y hacia dónde se dirige la escuadra de
Mathieu van der Poel.
Mientras buena parte del pelotón pasó 2025 debatiendo si Alpecin-Deceuninck entraba en una fase de transición, los Roodhooft han dejado claro que ocurre justo lo contrario. Su temporada abarcó victorias en carretera, ciclocross, gravel y pista, pero el dúo insiste en que el verdadero logro está detrás del telón.
Philip lo explicó así: “Creo que nuestra contribución es realmente grande. Ahora hay algo sólido —una máquina que funciona por automatismos, en la que todos nos elevamos mutuamente a un nivel superior.”
Christoph subrayó la importancia del entorno interno: “Dentro de toda la atmósfera de trabajo, nos aseguramos de que todos se sientan bien en su piel y cultivamos el equilibrio adecuado. Exigimos mucho, pero también dejamos que las cosas fluyan con bastante libertad". Ese equilibrio —ambición sin asfixia— es, creen, su mayor fortaleza.
¿Salida de un patrocinador? “¿Y entonces?”
La noticia más inmediata alrededor del equipo ha sido la marcha del co-patrocinador Deceuninck. Hacia fuera, desató los previsibles susurros de inestabilidad. Por dentro, los Roodhooft no se inmutan.
Mathieu van der Poel ve como todo cambia en Alpecin sin preocupación.
Christoph fue tajante: “Por supuesto no es agradable cuando un patrocinador se va. Pero al mismo tiempo pensamos: ‘¿y entonces?’ Seguimos trabajando, seguimos ocupados.”
Philip amplió el foco: “Todo lo que ya se ha renovado o se renovará pone ese contrato de patrocinio que expira un poco en la sombra.”
En otras palabras: los cimientos son sólidos y el plan a largo plazo sigue intacto.
Más fuertes tras el mercado de fichajes, no más débiles
Se ha hablado mucho de la cantidad de salidas, pero la respuesta de los hermanos fue reveladora: alivio de que alguien, por fin, lo viera de otra manera. “¡Alguien que lo ve!”, bromeó Christoph cuando le dijeron que la plantilla parecía reforzada, no mermada.
Y detalló: “En realidad sentimos que hemos salido mejor del periodo de traspasos. Más baratos y más fuertes.”
El regreso de Maurice Ballerstedt y las llegadas de De Vylder, Busatto, Thijssen y Geens encajan en el plan de desarrollo del equipo. Mientras, la expectación en torno al joven talento neerlandés
Tibor del Grosso es evidente.
Christoph dijo: “Pónganlo al lado de otros en el pelotón actual —corredores de ese nivel a esa edad— en las carreras en las que queremos ser competitivos.”
Philip añadió: “Brennan, Magnier… está en ese grupo.”
Ambición sin pánico: la visión de los hermanos para 2026
Preguntado por lo que debe mejorar en 2026, Philip rehusó la búsqueda instintiva de “más, más grande, mejor”: “La pregunta es: ¿tiene que ser mejor? Si es igual o solo un poco menos, seguirá estando bien.”
Hay objetivos de peso —como un posible cuarto
Tour de Flandes o París-Roubaix para Mathieu van der Poel—, pero los hermanos insisten en que la mejora llega tanto en incrementos como en Monumentos.
Christoph insistió en el valor de la perspectiva: “Un año menos bueno no es el fin del mundo. Puede ocurrir, incluso cuando haces todo correctamente. Mientras puedas concluir que intentaste exprimir el máximo.”