Bradley Wiggins es una de las mayores leyendas de la historia del ciclismo británico. Tanto en carretera como en la pista, el hombre de 45 años tiene un extenso palmarés con el Tour de Francia 2012, títulos de campeón del mundo y numerosas medallas de oro en Juegos Olímpicos.
Sin embargo, cayó en un profundo hoyo tras su retirada del deporte profesional, con problemas de alcoholismo, drogadicción y bancarrota: "Durante muchos años fui un adicto funcional a la cocaína. La mayoría de la gente no lo notaba. Estuve bajo los efectos la mayor parte del tiempo. En algún momento me di cuenta de que tenía un problema muy serio y de que necesitaba detenerme. Tengo suerte de estar vivo", reconocía Wiggins en una entrevista para The Observer.
En una conversación con BBC Radio 5 Live, habló de la importancia que ha tenido
Lance Armstrong durante todo su proceso de desintoxicación: "Lance ha sido muy bueno conmigo. Sé que no es algo que todos quieran escuchar, porque mucha gente solo quiere oír cosas negativas. Pero uno solo puede juzgar por el trato recibido, y él ha sido una fuente constante de inspiración y apoyo. Es una de las razones principales por las que hoy estoy bien, tanto física como mentalmente. Le estoy muy agradecido."
Añadiendo que incluso se informaba a través de su familia para tener más noticias: "Le preguntaba a mi hijo: "¿Cómo está tu papá?", y Ben contestaba: "Hace un par de semanas que no sé nada de él; sé que está viviendo en un hotel". Durante días no sabían nada de mí. Ahora puedo hablar de todo esto abiertamente. Vivir una mentira, ocultarlo, tenía algo que me atrapaba."
Lance Armstrong, campeón del mundo en 1993
Por último, bromeaba con su relación actual con el estadounidense: "Trabajo para él". Y es que va a ser un colaborador en el podcast 'The Move' en el próximo Tour de Francia.