Aunque la mayoría de veces no lo parezca, Tadej Pogacar es un humano. En una entrevista reciente, el esloveno recordó un momento de debilidad por el que pasó en el Mundial de Zurich. Hay que recordar que atacó a más de 100 kilómetros de meta, en lo que probablemente sea la mayor gesta de la historia del ciclismo o casi.
A pesar de que el dominio de sus victorias en las Grandes Vueltas fue impresionante, la naturaleza de su victoria en el maillot arcoíris, habiendo lanzado un ataque desde tan lejos contra rivales de la talla de Mathieu van der Poel, Remco Evenepoel y otros, significa que probablemente el éxito en el Mundial pasará a la historia como el momento más espectacular de la temporada del esloveno.
"Ha sido una de las mejores carreras que he hecho nunca. Para mí, fue todo tan increíble", admite Pogacar en conversación con el podcast 'Inside the Ring' de MyWhoosh. "Pero toda la temporada fue una locura", añade el líder del UAE Team Emirates, que además del mencionado doblete en las Grandes Vueltas, también se impuso en pruebas como Lieja-Bastoña-Lieja, Il Lombardia, Strade Bianche y la Volta a Catalunya.
En su triunfo en el Mundial, sin embargo, una de las cosas que lo hizo tan excepcional fue el drama que se vivió al final de la carrera, cuando la distancia con los perseguidores empezaba a reducirse y Pogacar parecía empezar a cansarse después de tanto tiempo al ataque. "Me preocupé una vuelta antes de la última, creo", recuerda. "Llegué a la cima de la subida en la penúltima vuelta y pregunté, cuando el coche vino a mi lado, '¿cuántas vueltas quedan? ¿Es 1 o son 2?' Esperaba de verdad que dijera 1 y sí, fue un alivio", ríe.
Pogacar celebra con su compañera Urska Zigart su victoria en Zúrich
"Ya empecé a ir un poco bizco, pero sí, sabía que si tenía un buen margen en la cima de la última subida en la última vuelta, entonces podía hacerlo. Todavía existe la posibilidad de que te alcancen, pero una vez que llegué a los 10 km de meta, estaba más relajado. Sin embargo, nunca estuve seguro hasta el último kilómetro", explica Pogacar. "Como todo el mundo, había visto la carrera sub-23, la carrera femenina, ¡todas las carreras! Para estar preparado. En la línea de salida, todo el mundo pensaba: 'Nadie quiere hacer un Jan Christen (el suizo lideró la carrera sub-23 antes de desfallecer al final)'. Probablemente era el corredor más fuerte de la carrera, pero su movimiento hizo que todo el mundo se asustara para los días siguientes y esperara a la última vuelta".
Sin embargo, como ya se ha mencionado, esperar a la última vuelta no es exactamente lo que hizo Pogacar, ¡en su lugar atacó al pelotón desde los 100 km! "¡La carrera explotó! Por suerte tenía a Jan Tratnik en el grupo delantero, pero pensaba 'quizás este movimiento no sea perfecto. 20 corredores, todos los que podrían ganar'", recuerda el esloveno.
Al final, el audaz movimiento dio sus frutos. Pogacar evitó "hacer un Jan Christen" y se aferró a la gloria del maillot arco iris. Sin embargo, el maillot arcoíris viene acompañado de una gran pregunta. ¿Short blanco o negro? "Hasta ahora he corrido dos carreras. En Emilia llovió, así que tuve que ir con el pantalón negro, y en Il Lombardia, por suerte, hizo buen tiempo", responde Pogacar. "De blanco, sólo si estoy delgado me veo bien. Si no, el blanco te hace parecer más grande".