El
doping lamentablemente ha vuelto al foco de la actualidad en el ciclismo profesional con los casos de positivos por tramadol, lo sucedido con el equipo Porto en Portugal, el de Michel Hessman en Jumbo-Visma (del que nadie habla) o la Operación Ilex en la que se han visto salpicados Miguel Ángel López y el equipo Caja Rural.
Sin embargo, el dopaje no es algo exclusivo del ciclismo profesional, sino que también está muy presente en el amateur, como denunciaba un cicloturista anónimo recientemente en Diario del Triatlón:
"En las competiciones máster de ciclismo en España hace muchas décadas que se dopan muchos ciclistas desde los 30 a los 60 años y a día de hoy siguen dopándose . No es nada nuevo. De hecho, hay algunos que ni entrenan o entrenan sin intensidad y cuando se acerca la competición se dopan ,intensifican el entrenamiento y a ganar medallas y copas...".
En un artículo publicado en su web,
Sebastián Sitko hablaba de lo fácil que es doparse si eres cicloturista:
"No exagero si digo que me siento con plena confianza para pasar 50 controles aleatorios de
EPO durante una temporada (los que puede pasar un ciclista profesional) mientras me pincho microdosis y estar seguro de no dar positivo. Lo digo para que vean lo extremadamente torpe que hay que ser para dar positivo".