El director general del Jumbo-Visma habla de su brutal crecimiento en la última década: "En 2013 marqué el objetivo de convertirnos en el mejor equipo ciclista del mundo"

Ciclismo
sábado, 09 diciembre 2023 en 19:00
1127714711 64bd8d0d5d859
El Jumbo-Visma es sin duda el equipo más fuerte del pelotón actual. Su increíble temporada 2023 fue el fruto de una década de trabajo, inversiones y la mentalidad adecuada dentro del equipo holandés, y el CEO Richard Plugge habla de cómo ayudó a que esto sucediera después de que el equipo apenas escapara de su final hace varios años.
"El primer año sólo queríamos sobrevivir. Gracias a Rabobank también hemos tenido la oportunidad de volver a empezar, por lo que estoy eternamente agradecido. Mirando a largo plazo pudimos sobrevivir como empresa, pero por encima de todo siempre quise ser el número uno. Así era también cuando trabajaba en los medios de comunicación", explica Plugge a Vélofuté. "En 2013 me fijé el objetivo de convertirnos en el mejor equipo ciclista del mundo. Lo hicimos creando una nueva cultura de equipo, tras lo cual sentamos las bases para los años siguientes en 2016 y 2017. En 2018, Jumbo se convirtió en el patrocinador principal, tras lo cual Visma se unió en 2019. Esto reforzó nuestro presupuesto, permitiéndonos retener a nuestros mejores ciclistas, como Primoz Roglic y Dylan Groenewegen".
En el Tour de Francia de 2014, Bauke Mollema y Laurens ten Dam perdieron varios minutos en la contrarreloj final de la carrera porque no estaban familiarizados con la bicicleta y era la primera vez que corrían con ella. Desde entonces han cambiado muchas cosas. A finales de la década de 2010, el equipo empezó a contar con algunos escaladores fuertes que serían su futuro y sus apuestas funcionaron a la perfección. A partir de equipos pequeños, el equipo fichó a Jonas Vingegaard, Primoz Roglic y Wout van Aert, por ejemplo, y luego -como hizo el Team Sky en sus mejores tiempos- se centró por completo en la mentalidad del Tour de Francia, lo que finalmente les llevó a dominar prácticamente las dos últimas ediciones. "Pero lo más importante fue establecer una nueva cultura, que todavía tenemos hoy con la 'cultura del maillot amarillo'".
"Todos en el equipo tienen que actuar y rendir a ese nivel. En concreto, esto significa que todo el mundo tiene que pensar nada más levantarse: "¿qué puedo hacer en mi campo para mejorar el equipo?". Siempre busco gente que piense y diga: ¿qué puedo hacer en noviembre para ayudar al equipo a ganar el Tour el año que viene? En eso consiste esa cultura. También estamos en una posición cómoda por nuestro estatus: todos los corredores jóvenes quieren unirse a nosotros. Todos los días recibo uno o dos correos electrónicos de corredores jóvenes que me informan sobre la posibilidad de unirse a nuestro equipo", concluye.