Roger Adrià se ha marcado un temporadón impresionante en Red Bull - BORA - hansgrohe. El catalán ha explotado como ciclista de élite en el momento adecuado y seguro que en 2025 tendrá un papel más importante en el equipo alemán del que ha tenido esta campaña, su primera fuera de España.
Otro de los grandes talentos que ha salido de Lizarte y que brilló a gran nivel en Kern Pharma, se le escapó a Movistar Team y en BORA ha demostrado ser un ciclista muy válido tanto como gregario de lujo (Primoz Roglic habla muy bien de él) como de hombre rápido que puede meterse en escapadas y brillar en clásicas.
Su final de 2025 ha sido de gran nivel, arrebatándole a Alex Aranburu el triunfo en el GP de Valonia, corriendo a gran nivel para España en el Mundial (11º pese a no tener galones de caballo ganador) y brillando en las clásicas italianas (6º en Emilia, 3º en Bernocchi y 11º en un Il Lombardia en el que pudo acabar mucho más arriba si las subidas duras no hubieran estado tan lejos de la meta este año).
Antes, en la Vuelta, se dedicó a ayudar a Roglic a conseguir su cuarto triunfo siendo siempre uno de los ciclistas que más aguantaban con él en los puertos de alta montaña. No tuvo tiempo para brillar más. El resto de su campaña fue de lo más completo: 3 top 6 en Omán, 11º en la Muscat Classic, 14º en la Amstel, 5º en Frankfurt, 3º en Aargau y dos top 10 en la Vuelta a Suiza. Fue sexto en los Nacionales de España antes de rozar el triunfo en la segunda etapa de la Vuelta a Burgos.
No son resultados todavía de estrella, pero sí de un corredor que se ha adaptado a la perfección a su primer equipo WorldTour y, visto lo visto en el final de temporada, va a haber que tener mucho ojo con él en un Red Bull BORA en un 2025 en el que compartirá autobús con Oier Lazkano.