“Cuando hay caídas, no hay espacio para las emociones.” Para Bostjan Kavcnik, la frase no es filosófica. Es práctica. En el ciclismo profesional, las caídas reducen el deporte a instinto, coordinación y rapidez. Y es en esos momentos, cree, cuando el carácter de
Tadej Pogacar se revela con mayor claridad.
“Las caídas forman parte del ciclismo”,
dijo el mecánico del campeón del mundo en conversación con Siol. “Cuando suceden, no hay espacio para las emociones. Los mecánicos estamos para intervenir de inmediato y resolver la situación lo más rápido posible.”
Desde fuera, la templanza de Pogacar pasa a menudo desapercibida. Dentro del coche del equipo, es inconfundible.
Lo que no muestran las cámaras
Cuando Pogacar se cayó en Strade Bianche a principios de temporada, las imágenes de televisión parecían dramáticas. Polvo, velocidad y una pérdida de control repentina. De cerca, el cuadro fue más matizado. “Primero, hay que decir que se cayó de una manera relativamente buena, por extraño que suene”, explicó Kavcnik.
La suerte también influyó.“Tuvo suerte. No había bordillo, ni acera, ni desnivel,” detalló. “Se deslizó y acabó en unos arbustos.”
La distinción importa. Para mecánicos y directores deportivos, la diferencia entre un derrape y un impacto puede decidir si un corredor continúa o si una temporada cambia de rumbo.
Kavcnik y el personal del UAE Team Emirates - XRG no iban inmediatamente detrás de Pogacar cuando ocurrió la caída. “Primero va el coche del comisario, luego el servicio neutral, a veces el médico,” dijo. “Solo después vamos nosotros.”
Hasta que el convoy puede detenerse, un mecánico no puede hacer nada. “El procedimiento es claro,” afirmó Kavcnik. “Esperas a que el coche se pare y solo entonces reaccionas.”
Calma en lugar de caos
En esos momentos, la coordinación lo es todo. “Cuanto mejor coordinados estén el conductor, el director deportivo y el mecánico, más rápida y precisa será la intervención,” dijo Kavcnik.
Lo que más le llama la atención es la conducta de Pogacar cuando llega la ayuda. “Si pienso en todos los corredores con los que he trabajado en UAE, puedo decir sin exagerar que está entre los más calmados,” afirmó.
Kavcnik también ha visto lo contrario. “Vi a Cavendish lanzar la bici con rabia en el Tour de Eslovenia,” recordó. “Bernhard Eisel intentó calmarlo, pero no sirvió.”
Esas reacciones, cree, dicen mucho sobre la personalidad. “Momentos así revelan mucho del carácter de una persona,” señaló Kavcnik.
Pogacar reacciona de otra manera. “En esos instantes es crucial mantener la cabeza fría y saber que tienes a alguien a tu lado que hará todo lo necesario por ti,” dijo.
Tadej Pogacar lucha por ser el mejor ciclista de la historia frente a la trayectoria de Eddy Merckx.
Lieja y los límites del control
Esa calma se puso a prueba con mucha más dureza en Lieja en 2023, cuando Pogacar se cayó y se lesionó la muñeca en un incidente provocado por el pinchazo súbito de un corredor delante. “Aquella fue una caída completamente diferente,” dijo Kavcnik. “En Strade Bianche cometió un error él. En Lieja fue un accidente.”
El recuerdo sigue vívido. “Aún recuerdo el momento en que estaba en el suelo, recuperando el aliento,” contó. “Ya se veía en su cara que el golpe había sido fuerte.”
Pese al dolor, Pogacar intentó seguir. “Volvió a subirse a la bici,” dijo Kavcnik. “Cambió de casco porque el primero estaba rajado, tomó la bici de repuesto y rodó otro kilómetro.”
Solo entonces la realidad se impuso. “Tuvo que admitir que no iba a poder,” señaló Kavcnik.
Incluso cuando su propia carrera se acababa, el foco de Pogacar permaneció en el equipo. “Antes de que se lo llevaran, dijo por radio a los chicos que siguieran la carrera y que marcaran a Remco,” contó Kavcnik.
Para el mecánico, fue otro ejemplo de cómo el instinto se impone a la emoción.
Seguridad en el caos
Kavcnik cree que la calma de Pogacar está íntimamente ligada a la confianza en su entorno. “Esa sensación de seguridad, esa impresión de que puedes confiar por completo en el mecánico a tu lado en un momento crítico, influye mucho en quién eres como competidor,” dijo.
Cuando corredor y mecánico funcionan como uno, el pánico tiene menos espacio para crecer. “Si corredor y mecánico son compatibles y funcionan como un solo bloque, las cosas simplemente salen,” afirmó Kavcnik.
El fuego que aún arde
Pese a las caídas y al palmarés acumulado, Kavcnik no cree que Pogacar esté cerca de levantar el pie. “Creo que a Tadej le mueven sobre todo las carreras que aún no ha ganado,” dijo.
Dos Monumentos encabezan esa lista. “Milano Sanremo y Roubaix,” enumeró Kavcnik. “Esas dos son las que más le escuecen.”
También falta una Gran Vuelta. “
Y por supuesto la Vuelta,” añadió.
La retirada, a su juicio, no es una preocupación actual. “Mientras tenga ese fuego, no piensa en retirarse,” dijo Kavcnik.
Por ahora, Pogacar llega a las carreras con la misma mentalidad. “Por principio, acude a cada carrera con el objetivo de ganar,” explicó Kavcnik.
Y cuando algo sale mal, no desperdicia energía en la emoción. “Cuando hay caídas,” repitió Kavcnik, “no hay espacio para las emociones.”