Si lo analizamos teniendo en cuenta los corredores que hay en la actualidad podríamos decir que la
Vuelta a España de los colombianos ha sido positiva.
Sebastián Molano consiguió una gran victoria de etapa en un esprint masivo,
Santiago Buitrago se metió en el top 10,
Einer Rubio estuvo presente en escapadas y
Egan Bernal consiguió terminar otra gran vuelta tras pasar el año más complicado de su vida.
Esta perspectiva positiva, sin embargo, contrasta con lo que hemos vivido hace poco de Colombia y que nos hace echar de menos los tiempos en los que eran élite en las grandes vueltas por etapas: Nairo Quintana ganando Giro y Vuelta y haciendo daño a Chris Froome en el Tour, Rigoberto Urán consiguiendo podio en la Grande Bouce, Egan Bernal ganando el Tour y el Giro, Miguel Ángel López imponiéndose en grandes cimas...
Todos estos éxitos increíbles, los más grandes de la historia del ciclismo colombiano, quedan lejos ahora. Así, el triunfo de etapa de Molano en una vuelta con poco nivel de esprinters no puede esconder la realidad del país sudamericano en estos momentos con respecto a la élite mundial.
Santi Buitrago y Einer Rubio consiguieron ganar etapas en el Giro de Italia, pero con una participación superior en la Vuelta no han estado ni cerca de rascar victoria.
Sergio Higuita, por su parte, ha estado muy lejos de mostrar la frescura de otros años en un 2023 muy complicado para él en el que no ha dado la talla.
Caso aparte es el de Egan Bernal, que ha conseguido finalizar la Vuelta tras haber hecho el Tour de Francia. No hay dudas de que nadie podía pedirle absolutamente nada más al de Bogotá. Ahora mismo, lamentablemente tras su accidente, está muy lejos de ser el ciclista que fue y no sabemos si podrá volver a tener un nivel parecido.
Y poco más. Como decimos, no ha sido una Vuelta a España horrible para el ciclismo colombiano, sólo un grand tour más en el que se aprecia su nueva realidad.