Axel Laurance irrumpió en la escena mundial en 2022, pero tras la desaparición del B&B Hotels-KTM, le costó encontrar un contrato. Fue con
Alpecin-Deceuninck donde encontró un nuevo equipo, corriendo para el equipo de desarrollo, y en 2024 se ha convertido en un ganador de clase mundial tras imponerse en la etapa 2 de la Etoile de Bessegès.
Laurance se proclamó Campeón del Mundo sub-23 el año pasado en Glasgow y confirmó su potencial. El francés es un fuerte clasicómano y puncheur, y hoy se impuso nada menos que a
Mads Pedersen en la larga subida de 900 metros a Rousson, con pendientes del 10%. El corredor de 22 años se lanzó al esprint, lo que al final resultó ser la decisión correcta, ya que superó al danés.
"Los últimos 50 metros fueron horribles... Tenía muchas ganas, el equipo ha hecho un trabajo de locos todo el día, les debía al menos eso", compartió Laurance con L'Équipe. "Sé que me viene bien como final, vi la señal de 150 metros y me dije 'como en los entrenamientos, duro, no paramos'. Es liberador, el año pasado hice una buena temporada, definitivamente hay presión, todo el mundo me espera, así que es bueno confirmarlo enseguida".
De este modo, Laurance se convierte en el primer líder de la carrera, y la clasificación general no es un objetivo demasiado lejano. "Sabemos que en la Étoile de Bessèges la clasificación general suele decidirse por las bonificaciones. Todavía tengo etapas que me convienen, así que intentaremos hacer cosas buenas. Después habrá una contrarreloj, será difícil conservar el maillot. Pero primero intentaremos hacer dos días bonitos", concluye.
