"Apenas reconozco el deporte": Un ex podio del Tour de Francia compara el ciclismo de antes con el de ahora

Ciclismo
miércoles, 30 julio 2025 en 18:30
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Bobby Julich fue un importante corredor estadounidense en la década de los 90 y los 2000. Podio en el Tour de Francia, medallista olímpico en contrarreloj y ganador de la París-Niza, además de sumar varias etapas en carreras importantes de primer nivel, estuvo numerosas temporadas en el pelotón. Ahora con 53 años se dedica a analizar y hablar sobre las carreras que se disputan ahora.
En una charla reciente con Velo, habló sobre las diferencias de antes con ahora: "He participado en nueve ediciones del Tour de Francia y he logrado completar siete. Sin embargo, apenas reconozco el deporte al que he dedicado la mayor parte de mi vida. A menudo me pregunto: “¿Cómo fui capaz de hacer esto?”. El Tour de Francia es la carrera más importante del mundo. La organización, ASO, se enfrenta cada año al enorme desafío de diseñar un evento espectacular que atraiga a más espectadores y más patrocinadores. En la actualidad, lo consiguen a través de recorridos variados, tácticos y explosivos, que premian el ciclismo agresivo desde la primera hasta la última etapa."
Según el norteamericano, el ciclismo ha cambiado mucho: "Pero esta no es la única diferencia que percibo entre mi experiencia en el Tour y lo que veo hoy en televisión con la nueva generación de ciclistas. Aunque todos somos conscientes de los avances en equipamiento, ropa, entrenamiento, recuperación, análisis, comunicación, tácticas y diseño de recorridos, me gustaría compartir lo que personalmente siento que ha cambiado respecto a mi época."
Siguió explicando lo que siente ahora, con respecto a lo que había en su tiempo: "Comencé mi primer Tour en 1997, con 26 años, cuando corría para el equipo Cofidis. Eso significaba que ni siquiera podía optar a la clasificación de mejor joven. Aunque hubo excepciones, hoy en día es común ver a corredores que luchan por el maillot blanco ganar etapas, terminar entre los diez primeros, subir al podio o incluso conquistar la general."
Habló del Tour de Francia más en profundidad: "Cada año, mi Tour arrancaba con un prólogo o una contrarreloj. Esa etapa inicial, destinada a los aspirantes a la clasificación general, también servía para establecer un orden jerárquico que ayudaba a reducir el nerviosismo en el pelotón. Aunque los intentos de fuga seguían existiendo, parecían resolverse más rápido. Hoy, en cambio, se corre a toda velocidad de principio a fin. Apenas hay tiempo para charlar con los compañeros o disfrutar del paisaje. Seguro que ahora resulta más entretenido para el espectador, pero no estoy tan seguro de que sentiría lo mismo si aún formara parte del pelotón."
Mencionó el mayor cambio con respecto a las anteriores generaciones: "Gracias a la labor de chefs, nutricionistas, aplicaciones especializadas y una mayor conciencia por parte de los ciclistas, todo se calcula, se pesa y se analiza. Para mi generación, cuesta comprender ese nivel de sacrificio, pero para los corredores actuales es algo natural, y están recogiendo los frutos. Ésta es, sin duda, una de las razones principales por las que hoy se corre mucho más rápido."
No se quiso mojar mucho, aunque dejó su opinión: "No me corresponde juzgar el estado actual del respeto dentro del pelotón, ya que llevo mucho tiempo fuera de él. Aun así, me gustaría compartir algunas experiencias personales sobre el tema, intentando ser lo más políticamente correcto posible. En los años 90, el acoso y la intimidación eran más comunes que ahora."
Destacó un aspecto que ya no existe: "Muchas de las reglas no escritas del ciclismo se transmitían de generación en generación, y probablemente ni siquiera las identificábamos como acoso. Si atacabas en una zona de avituallamiento o cuando el líder se detenía para una pausa natural, el grupo te lo hacía saber. Si te interponías en el tren de un equipo durante una salida, aprendías rápidamente a no repetirlo. Los encargados de hacer cumplir estas normas lo hacían, muchas veces, por cuenta propia, alegando que venía de su director de equipo. Había que tener la piel dura y soportarlo: la única forma de evitar más conflictos era no volver a equivocarse. En mi opinión, Mario Cipollini era el verdadero “patrón del pelotón”."
Y terminó con una valoración final: "El ciclismo está evolucionando en muchos sentidos. Y aunque a los que pertenecemos a generaciones anteriores nos cueste entender o aceptar todos los cambios, es importante reconocer y valorar los avances. Tal vez no comprenda por qué los favoritos atacan en las primeras etapas del Tour, cuando aún queda toda la última semana para definir la carrera; o por qué algunos ciclistas visten de pies a cabeza con los colores del maillot amarillo, blanco, verde o, especialmente, de lunares, incluso antes de la última etapa; o por qué ciertos corredores provocan caídas en los sprints finales sin tener razón alguna para estar allí. Pero al final, este es su momento para brillar."
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