Análisis temporada 2025 | Team Picnic PostNL: Permanencia, el reventón de Oscar Onley y el adiós a una leyenda

La temporada 2025 supuso un auténtico punto de inflexión para Team Picnic PostNL, el sucesor rebrandizado de Team DSM Firmenich y, antes, de la longeva estructura de desarrollo fundada en 2008 como Skil–Shimano. Con las holandesas Picnic y PostNL como nuevos patrocinadores principales, la escuadra masculina WorldTour inició el año con una identidad renovada pero la misma filosofía de base: invertir en juventud, desarrollar a los corredores de forma metódica y confiar en el sistema incluso cuando los resultados llegan despacio. Esa filosofía marcó cada gran trama de su campaña.

Fue una temporada moldeada por la transición, los contratiempos por lesiones, irrupciones de jóvenes y un Tour de Francia que redefinió las expectativas para el futuro del equipo. En conjunto, el hilo conductor de 2025 fue que una alineación joven, apuntalada por el veterano Romain Bardet en su última temporada, encontró maneras de mantener al equipo competitivo al nivel WorldTour mientras sentaba las bases de la siguiente era.

Team Picnic PostNL arrancó el año con una plantilla dividida entre veteranos curtidos y una nueva ola de escaladores y velocistas. La última temporada profesional de Bardet aportó un claro centro emocional, mientras figuras experimentadas como Degenkolb sostuvieron un bloque de clásicas aún en construcción. A la vez, corredores como Oscar Onley y Max Poole, ambos apenas en la veintena, representaron la dirección a largo plazo. Los sprinters australianos Patrick Eddy y Matthew Dinham, los holandeses Nils Eekhoff y Bjorn Koerdt, y un ocho para el Tour de Francia compuesto casi en su totalidad por canteranos reflejaron hasta qué punto el sistema de desarrollo de la organización se entrelaza con sus resultados.

El equipo firmó finalmente cuatro victorias en 2025, pero la relevancia de cada una fue más allá del conteo. El triunfo de Tobias Lund Andresen en la Surf Coast Classic abrió el año con una declaración de confianza. La victoria de Nils Eekhoff en Nokere Koerse, rematada gracias a un lanzado preciso, dio a la primavera de clásicas un resultado muy necesario. El triunfo de etapa de Casper van Uden en el Giro d’Italia llegó mediante un plan ejecutado a la perfección. Y la victoria parcial de Oscar Onley en el Tour de Suisse confirmó su estatus emergente entre los escaladores de élite.

En la clasificación por equipos del WorldTour, Team Picnic PostNL acumuló un botín similar al del curso anterior y terminó 17.º, lejos de inquietudes serias por el descenso. Pero eso no cuenta toda la historia.

La campaña de primavera, sin embargo, puso a prueba una y otra vez la profundidad de la plantilla. Bardet y Poole se perdieron Paris–Nice y Tirreno–Adriatico antes siquiera de empezar, y un problema en la arteria ilíaca puso fin a la temporada de Fabio Jakobsen, el velocista más contrastado del equipo.

Milano-Sanremo pasó sin un resultado de peso. En el Tour des Flandres, una caída tardía eliminó a Degenkolb, Tim Naberman y Alex Edmondson, lo que prácticamente dio por terminadas las ambiciones en clásicas del equipo en abril. Paris–Roubaix no deparó mucha más fortuna.

La excepción fue Nokere Koerse, donde un bloque disciplinado y experto lanzó a Eekhoff en la posición perfecta para su victoria. Más allá de eso, la primavera fue escasa: las Ardenas no ofrecieron opciones reales y en la mayoría de carreras el equipo tuvo que improvisar más que ejecutar planes estructurados. Fue el tramo más irregular del año y puso de relieve lo mucho que la escuadra depende de contar con al menos un escalador o sprinter sano para anclar la táctica.

Todo cambió drásticamente cuando comenzaron las Grandes Vueltas. La despedida de Bardet en el Giro d’Italia dio al equipo propósito y claridad. La victoria en la Etapa 4, donde van Uden culminó un lanzado tardío milimétrico, fue un punto de inflexión. La propia actuación de Bardet en la Etapa 17, atacando una y otra vez en el Mortirolo y acabando a cuatro segundos del vencedor Isaac del Toro, recordó el estilo que definió su carrera.

El segundo puesto de Bardet ese día y otros top 10 ayudaron a estabilizar el rendimiento colectivo. Poole, por su parte, completó con inteligencia y control su primera Gran Vuelta, terminando 11.º en la general. El director del equipo, Matt Winston, subrayó el progreso de Poole, señalando que “subió hasta el 11.º, continuando su progresión constante”. Al final del Giro, Bardet había animado las jornadas clave de montaña, Poole se había presentado como futuro hombre de generales y el equipo había logrado su primera victoria de etapa en una Grand Tour. Fue una de sus campañas de tres semanas más coherentes y mejor ejecutadas, hasta que, semanas después, llegó julio…

El Tour de Francia eclipsó aquello. ¿Por qué? Porque Oscar Onley, sin la presión previa de la general, se transformó en una de las revelaciones de la carrera. Su regularidad en Pirineos y Alpes lo mantuvo a tiro de los puestos más altos de la general, y se enfrascó en un duelo con Florian Lipowitz por el podio y el maillot blanco tras el abandono de Remco Evenepoel.

En la semana final mantuvo la calma. En las etapas decisivas de montaña se pegó a los favoritos, y en el Col de la Loze firmó lo que The Guardian calificó como “la mejor actuación de su joven vida”. En París terminó cuarto en la general, el mejor resultado de la historia del equipo en el Tour. Aunque la escuadra no logró una etapa, la profundidad de sus actuaciones fue notable, y Onley se presentó como el próximo talento británico para la general. Fue la demostración de lo que puede lograr una plantilla orientada al desarrollo cuando su talento madura a la vez.

La Vuelta a España devolvió al equipo a su enfoque juvenil. Sin líder para la general, corrieron agresivos en las fugas. Kevin Vermaerke y Bjorn Koerdt firmaron top 10 parciales, pero en conjunto fue una carrera discreta para el equipo. No hubo victorias, pero la Vuelta cumplió el objetivo previsto: exponer a los más jóvenes a la intensidad de una Gran Vuelta y fomentar el oportunismo. Aun así, no estuvo a la altura del Giro y el Tour.

Los movimientos del mercado invernal subrayaron la trayectoria del equipo. Los fichajes para 2026, Frits Biesterbos, Dillon Corkery, Timo de Jong, Alexy Faure-Prost, Mattia Gaffuri, James Knox, Oliver Peace y Henri-François Renard-Haquin, encajan en el perfil de potencial a largo plazo del conjunto.

Entre las bajas estuvieron Tobias Lund Andresen, Enzo Leijnse, Kevin Vermaerke y Romain Bardet, cuya retirada marcó el fin de una era para uno de los corredores más queridos de Francia. El equipo echará de menos la influencia de Bardet y la fiabilidad de Edmondson, mientras que el tren de sprint necesitará reconstrucción. Aun así, la organización ha optado por la continuidad: desarrollar a los suyos, promover desde dentro y ensamblar su próxima generación de líderes sobre la base establecida en 2025.

Considerada como una campaña aislada, el año de Picnic–PostNL no puede definirse solo por su casillero de victorias. Los éxitos fueron selectivos pero significativos: una etapa en una gran vuelta, una actuación de referencia en la general del Tour de Francia, permanencia en WorldTour y la irrupción de varios jóvenes listos para marcar la siguiente fase del equipo. A lo largo del año, la escuadra supo adaptarse, recalibrar expectativas y extraer grandes prestaciones de una plantilla joven y, por momentos, justa de efectivos.

En todos los parámetros a su alcance, el equipo cumplió con lo necesario. Terminar 17.º en el ranking, sumar cuatro triunfos, evitar la presión del descenso y ver a Onley y Poole crecer hasta ser aspirantes reales fue un paso adelante. Su 2025 se sitúa alrededor de un 6,5 sobre 10. No, el equipo no puede permitirse solo 4 victorias el próximo año, pero, visto su rendimiento en el Tour y el Giro, no puedo puntuarles por debajo de un 6,5.

Como aficionado británico, no pude evitar un chute de emoción viendo a Oscar Onley y Max Poole convertir 2025 en algo mucho mayor de lo previsto. La actuación de Onley en el Tour de France fue uno de mis momentos del año, y da la sensación de que la afición británica ha encontrado una nueva baza para la general. La progresión sostenida de Poole en el Giro dio a la temporada una segunda narrativa a la que agarrarse. Seguir a ambos durante el año fue como presenciar el inicio de una nueva era, y me dejó más optimista con el futuro de la lucha por la general británica de lo que he estado en años.

Sinceramente no puedo compartir la ilusión de Fin respecto a la temporada de Picnic PostNL, y no la valoraría por encima de un 4. Y eso se debe en gran medida a Oscar Onley, el único corredor que mantuvo a este equipo a un nivel similar al de las mejores ProTeams. Es un equipo de jóvenes y unos pocos veteranos que no rinden a menudo; prácticamente no hay un término medio, lo cual es muy extraño. Los problemas financieros del equipo parecen reales y explican mucho… No es una crítica, pero simplemente no creo que el equipo tenga el presupuesto para ser muy activo entre los WorldTour, es la sensación que me transmite. Los fichajes para 2026 no son suficientes para un equipo de primer nivel, sin ningún corredor realmente diferencial; y ha perdido a Andresen, Bardet y Vermaerke, ciclistas que aportaban resultados. Mientras escribo esto, Oscar Onley sigue en nómina, pero también se irá con toda seguridad a INEOS Grenadiers.

¿Con qué se queda entonces Picnic PostNL? Mientras haya dinero seguirá en el WorldTour hasta 2028, así que está relativamente seguro, pero ya no hay nivel WorldTour en la plantilla. Max Poole es un escalador muy prometedor, pero debe dar el salto. Y en el esprint, Pavel Bittner y Casper van Uden son corredores de calidad, pero también cargarán con grandes responsabilidades. El resto o bien buscará fugas o victorias menores en carreras pequeñas. Como en 2025, no espero muchos puntos UCI, algo que acabará pesando si el equipo sigue existiendo en los próximos años.

2025 fue simplemente discreta. La excepción obvia es Onley, tercero en el Tour de Suisse y cuarto en el Tour de France. Una evolución brillante, y un corredor excelente. Una pena que el equipo también lo pierda, otro líder que se marcha cuando alcanza el éxito. Pero la dura realidad es que nadie más ha destacado este año. Casper van Uden logró una buena etapa en el Giro d’Italia, pero entre estos dos sumaron dos de las cuatro victorias del equipo. Cuatro triunfos en todo el año, como Intermarché, es sencillamente injustificable. Si el equipo no tiene el nivel, que sus corredores compitan en un calendario más modesto y acumulen éxitos aunque sea con menos focos.

Fabio Jakobsen pasó desapercibido, Romain Bardet acumuló algunos puestos menores pero sin triunfos y se retiró en junio, pocos jóvenes realmente despuntaron y, entre los veteranos, Bardet fue el único con algo de presencia en pantalla. Poco más que añadir. Y el equipo parece estar metiéndose en más problemas a medida que pasan los años.