Análisis temporada 2025 | INEOS Grenadiers y su año para olvidar con brotes verdes para el futuro

Hace 12 meses analicé la temporada 2024 de INEOS Grenadiers, y es justo decir que no tuve muchas palabras amables para el equipo. ¿Fue diferente este año? La campaña 2025 supuso un capítulo significativo para INEOS Grenadiers, la escuadra británica WorldTour antaño considerada la fuerza más dominante del ciclismo. Su año mezcló el peso habitual de las expectativas con la realidad de un equipo en transición, ya no el rodillo de la era Team Sky, pero aún capaz de moldear las grandes carreras.

Además, fue el primer año de la era post Tom Pidcock, y el último de la leyenda británica Geraint Thomas. Con los veteranos bajando el telón y nuevos líderes emergiendo, INEOS pasó la temporada recalibrando qué significa el éxito para ellos en el pelotón moderno. Este repaso desglosa su campaña en clásicas, Grandes Vueltas, mercado de fichajes y ofrece un veredicto final sobre su año.

INEOS Grenadiers atesora uno de los legados más ricos del ciclismo moderno. Bajo el estandarte de Team Sky en la década de 2010, redefinieron el dominio en el Tour de France con campeones como Sir Bradley Wiggins, Chris Froome, Geraint Thomas y Egan Bernal. Pero en 2025, aquella era ya pertenecía al pasado, y los Grenadiers se centraban en reconstruir una identidad acorde a un deporte cambiante. Thomas se acercaba a la retirada, Bernal seguía reconstruyéndose tras su lesión, y el equipo buscaba una superestrella tras Pidcock.

El joven escalador Carlos Rodríguez se consideraba una opción para la general, mientras la plantilla también reunía potencias como Filippo Ganna y talentos emergentes como Joshua Tarling, Magnus Sheffield y Thymen Arensman. En conjunto, el equipo se situó entre generaciones: antiguos campeones aún presentes, nuevos líderes empujando, y su enfoque 2025 reflejó ese ejercicio de equilibrio.

Sobre el papel, INEOS firmó una buena cosecha con 28 victorias a lo largo del año. Muchas llegaron en vueltas por etapas, campeonatos nacionales y pruebas menores más que en los grandes escaparates del deporte, pero la cifra bruta seguía siendo notable. Su clasificación WorldTour les vio terminar 8º en la general, un reflejo bastante fiel.

Se mantuvieron con holgura en la élite, pero lejos del dominio que un día ejercieron. Frente a superpotencias como UAE Team Emirates - XRG y Visma, INEOS pareció más un aspirante al top cinco que un gigante levantador de trofeos. Ahora es evidente que a INEOS le espera un largo camino de regreso a la cima.

La campaña de clásicas de primavera de INEOS combinó destellos de brillantez de algunos nombres clave con el rendimiento por debajo de otros. Su bloque de adoquines, antaño llamado a controlar las carreras, careció de punch. Corredores como Ben Turner, Josh Tarling y Magnus Sheffield no lograron influir en los momentos decisivos en las grandes citas de Bélgica, a menudo a contrapié.

Pero la primavera se salvó, y por momentos se encendió, gracias a Filippo Ganna. Kwiatkowski abrió la campaña con una sorprendente victoria en solitario en la gravelera Clásica de Jaén en febrero, pero Ganna se convirtió en la figura definitoria a medida que se intensificaban las pruebas de un día.

En Milán-San Remo, peleó hasta un soberbio segundo puesto tras Mathieu van der Poel y por delante del poderoso Tadej Pogacar. La actuación se situó de inmediato entre los mejores resultados del equipo en toda la temporada. La siguió con un podio en la E3 Saxo Classic, tercero ante un pelotón repleto de especialistas en clásicas. Luego fue octavo en Flandes y decimotercero en París–Roubaix, confirmando que ya no es solo un contrarrelojista, sino un candidato real a los Monumentos. Sin la consistencia y la fuerza de Ganna, la primavera de INEOS habría sido para olvidar; con él, encontraron un motivo de orgullo.

Las Ardenas fueron más discretas. El dominio de Pogacar dejó pocas opciones de podio. En conjunto, la campaña de clásicas fue respetable gracias a las heroicidades de Ganna, pero evidenció lagunas de profundidad que el equipo deberá abordar.

INEOS llegó al Giro d’Italia 2025 sin un favorito claro para la general, con la idea de apoyar el regreso progresivo de Bernal y dar libertad a los jóvenes para atacar. Bernal rodó con solidez de principio a fin, séptimo en la general, un resultado significativo dadas las dificultades de su largo retorno. Sin embargo, tras una primera semana excelente, quizá esperaba más. Aun así, su 7º puesto entregó 180 puntos UCI al equipo.

El gran momento del Giro llegó pronto, cuando el joven Josh Tarling ganó la contrarreloj individual de la Etapa 2 con una actuación descomunal, batiendo a Primoz Roglic contra el crono. El top 10 de Bernal y la victoria emergente de Tarling hicieron del Giro una carrera discretamente exitosa, aunque el equipo nunca entró en la pelea por la maglia rosa en la tercera semana, cuando Bernal se fue apagando.

Sin un jefe de filas de relumbrón y con Thomas fuera de la disputa por la general, los Grenadiers aterrizaron en el Tour con las victorias de etapa como objetivo principal. Ese enfoque produjo dos de los momentos estelares del equipo en todo el año, ambos firmados por Thymen Arensman. En la Etapa 14, se marchó en la ascensión final a Luchon-Superbagnères y venció en solitario. Luego, en la llegada en alto de la Etapa 19 en La Plagne, Arensman dio una sorpresa aún mayor al resistir a Pogacar y Vingegaard para ganar la etapa en línea. Aunque el duelo por la general detrás estuvo marcado por la indecisión táctica, las victorias de Arensman fueron de lo mejor del equipo en los últimos años.

En la última gran vuelta, INEOS volvió a correr con libertad y firmó tres victorias de etapa. Ben Turner logró un sorprendente sprint en la etapa 4, batiendo a Jasper Philipsen y marcando un gran paso en su evolución. Bernal añadió después un triunfo emotivo en la etapa 16 tras integrarse en la fuga y superar al sprint a Mikel Landa, su primera victoria WorldTour en más de cuatro años y un hito simbólico en su recuperación. Ganna completó el triplete dominando la contrarreloj de la etapa 18. Con seis triunfos de etapa en grandes vueltas en 2025, INEOS demostró que, incluso sin un aspirante a la general, sigue siendo uno de los equipos más peligrosos del pelotón cuando corre por instinto.

El final de 2025 marcó una transición clave. Varios veteranos se retiraron, destacando Geraint Thomas, el último vínculo activo con la dinastía Sky, que se despidió con emoción en el Tour of Britain.

Las llegadas apuntan a una nueva era. El gran fichaje fue el francés Kévin Vauquelin, escalador revelación que fue séptimo en el Tour de France y subió al podio en grandes clásicas de un día. Los analistas lo definieron como “un diamante en sus manos”, y podría convertirse en la piedra angular del equipo para la general. Su compañero en Arkéa Embret Svestad-Bårdseng se incorporó para reforzar el bloque de escaladores. El campeón nacional francés Dorian Godon llegó para apuntalar el grupo de clásicas, y el joven escandinavo Theodor Storm añadió proyección de futuro.

La temporada 2025 de INEOS Grenadiers merece un sólido 7 sobre 10. No son el equipo de antaño, pero el año no fue tan malo como 2024. En realidad, refleja con justicia dónde están ahora mismo.

Lejos de su antigua hegemonía, también demostraron que no se apagan en silencio. Seis etapas en grandes vueltas, las enormes actuaciones de Ganna en clásicas, la irrupción de Tarling, la victoria emotiva de Bernal y la heroicidad de Arensman en el Tour dieron peso y emoción al curso. A la vez, por presupuesto y recursos, necesitan escalar en el ranking en 2026.

Mirando la temporada 2025 de INEOS Grenadiers, aprendí a apreciar al equipo de un modo distinto al de la era Sky. Ya no son la fuerza dominante de antes, pero disfruté viéndoles correr con más libertad y personalidad. Las dos victorias de Arensman en el Tour atacando en lugar de defender fueron un soplo de aire fresco. La primavera de Ganna, la contrarreloj del Giro de Tarling y la victoria emotiva de Bernal en la Vuelta me recordaron que este equipo aún tiene chispazos reales. Mi momento favorito fue ver a Bernal volver por fin a la cima, y me encantaría que el próximo año logre un podio en una gran vuelta.

Al mismo tiempo, la ausencia de un verdadero aspirante a la general fue imposible de ignorar, y verles ceder terreno frente a los súper equipos resultó frustrante. Aun así, 2025 me transmitió crecimiento más que declive. No podía ir mucho peor que 2024, en cualquier caso.

Con INEOS seré directo desde el inicio: no importa cómo haya cambiado el equipo ni algunas victorias icónicas que lograron; para una escuadra con un presupuesto superior a 50 millones de euros (supuestamente el segundo del pelotón), los resultados están lejos de lo esperado y de lo que aceptaría un patrocinador estándar. El equipo cuenta con la paciencia de INEOS porque, un año más, no solo no estuvo en la disputa por ser el segundo mejor del pelotón, ni se acercó, y el octavo puesto en el ranking WorldTour evidencia cuánto se han quedado sin los grandes resultados. No se puede calificar como una buena temporada de ninguna manera.

Como casi todos, es un año con ciertos éxitos. Ante todo, aunque no sea estrictamente de resultados, admiro su actitud este curso: tácticas diferentes, ciclismo más agresivo y, por fin, mayor enfoque en sus especialistas en fugas y clásicas, al tiempo que bajaban el listón en grandes vueltas donde, en el mejor de los casos (y rara vez), aspiraban al podio. Esto marca la diferencia para mí y disfruté viendo al equipo correr este año, con Tobias Foss, Bob Jungels y Joshua Tarling utilizados de formas innovadoras que, a mis ojos, son evidentes pero que la mentalidad tradicional del pelotón a menudo impide.

28 victorias este año no es poca cosa, y hay grandes momentos como la magnífica primavera de Filippo Ganna (y un excelente Tirreno–Adriático que realmente generó la tensión de ver a un especialista en crono ganar una carrera donde normalmente mandan los escaladores); la épica cabalgada de Thymen Arensman en el Tour of the Alps y sus posteriores victorias en el Tour de France sobre Pogacar y Vingegaard (aunque en ambas se benefició de un Pogacar conservador); el retorno a la senda del triunfo de Egan Bernal y la transformación de Ben Turner en un esprinter con un perfil muy interesante al que tengo muchas ganas de ver en 2026.

Pero los aspectos negativos pesan igual. Para Carlos Rodríguez fue una temporada perdida: no dejó actuaciones memorables, no evolucionó y no rindió en sus grandes objetivos. No es mayor, solo tiene 24 años, pero sus coetáneos progresan a una velocidad vertiginosa y el español parece haber tocado techo en 2023 y estancado desde entonces. El panorama no es bueno si no da el salto en 2026, algo bastante posible teniendo en cuenta que terminó el Tour con una fractura de pelvis. Geraint Thomas se retira este año, pero no fue más que un gregario; su nivel nunca le permitió ser competitivo en una sola carrera, para lo que debió de ser un salario muy elevado.

Joshua Tarling no tuvo un mal año, ni mucho menos, pero dio la sensación de que no estuvo al nivel de las dos temporadas anteriores, algo extraño para un corredor en plena madurez. A estas alturas esperaba que fuese el gran rival de Evenepoel en las contrarrelojes. Magnus Sheffield brilló en París-Niza, pero explotó en Flandes y desapareció en la segunda mitad de la temporada, otro talento descomunal que tampoco parece dar el siguiente salto. El equipo fichó a Caleb Ewan, que compitió unas semanas y luego se retiró, un episodio extraño de la primavera en el que faltó comunicación…

El equipo sí dejó destellos con Sam Watson y Axel Laurance como puncheurs y especialistas de clásicas, pero en el WorldTour no terminaron de rendir. Hablamos, de nuevo, de una escuadra de 50 millones de euros que necesita resultados al más alto nivel. Y el equipo tuvo varios corredores que ni rindieron ni se dejaron ver este año. Incluso haciendo labor de gregario, o filtrándose en fugas, si hay piernas, se nota. La estructura tiene unos cinco ciclistas a los que no recuerdo haber visto ni una vez en 2025, y que cinco se retiren (y otros cinco sigan sin contrato a estas alturas de diciembre) son señales muy preocupantes para un equipo que debe volver a la cima y no lo está logrando.

¿Se puede mirar al futuro con optimismo? En teoría, con Rodríguez, Tarling, Sheffield, Arensman y Laurance parece haber líder tras líder, pero no dan el siguiente paso que se les exige. El equipo debería cerrar a Derek Gee, pero está atado por cuestiones legales; Kévin Vauquelin es un buen refuerzo, pero, en el mejor de los casos, un top-10 en grandes vueltas, perfil que el equipo ya tiene de sobra, y ningún otro fichaje parece mover la aguja. El futuro puede ser brillante, pero ahora mismo no apostaría por ello. De momento.

Ondrej Zhasil (CyclingUpToDate)  

Lo que echo en falta en los actuales INEOS Grenadiers es una identidad clara. Mientras que Sky fue sinónimo del mejor bloque de generales del mundo, su sucesor ha destacado sobre todo en las cronos gracias a Filippo Ganna y Josh Tarling en los últimos años. Pero con el dominio de Remco Evenepoel, solo han vencido en su ausencia, con una etapa en la Vuelta y otra en el Giro respectivamente (y casi ceden ante Jay Vine en ambas…).

Es una entrada dura para este repaso, porque INEOS aún así ganó 6 etapas en grandes vueltas. En especial, las actuaciones de Thymen Arensman en la tercera semana del Tour de France dejaron una huella potente. Pero, dicho esto, conviene subrayar que, con todo su potencial, Ineos solo ganó UNA general en 2025: Sam Watson en los 4 Jours de Dunkerque. Sobre el papel, la temporada de Ineos no parece tan mala, pero han sido los muchos destellos, a menudo firmados por corredores menos mediáticos (como Langellotti en Polonia), los que mejoran la impresión global, mientras el equipo no alcanzó ninguno de sus grandes objetivos del año, ya que el 7.º puesto de Bernal en el Giro fue el mejor resultado en una gran vuelta.

No es un fracaso total gracias a varias victorias de peso, pero el futuro del equipo pasa por sus incorporaciones recientes, en particular Kevin Vauquelin y la esperada llegada de Derek Gee. Le doy a Ineos un 6/10 justo, porque lo visto en 2025 estuvo en la horquilla de lo esperable, pero sin valor añadido.