"¿Afrontar dos Grandes Vueltas en un mismo año? Lo primero que se resquebraja es la mente": Leyenda del ciclismo italiano

Ciclismo
martes, 19 agosto 2025 en 1:00
tadejpogacar
A medida que se aproxima la Vuelta a España 2025, el pelotón internacional empieza a ajustar sus planes para lo que será una de las citas más decisivas de la temporada. Para muchos ciclistas, esta ronda ibérica representará la segunda Gran Vuelta del año, un desafío que va más allá de la pura condición física. Aunque la conversación habitual se centra en factores como la forma, el control del peso o las métricas de recuperación, hay voces autorizadas que insisten en mirar en otra dirección. Una de ellas es la del histórico corredor italiano Michele Bartoli, que ofrece una perspectiva distinta: la batalla más dura no se libra en las piernas, sino en la cabeza.
“¿Afrontar dos Grandes Vueltas en un mismo año? Lo primero que se resquebraja es la mente”, declaró Bartoli en una entrevista con Bici.Pro. El exprofesional, que pasó más de diez años dentro del pelotón y que ahora trabaja en funciones técnicas y de asesoramiento, conoce de primera mano las exigencias de la élite. Su reflexión se aparta de los habituales discursos que giran en torno a los números, los vatios de potencia o las estrictas estrategias de pérdida de peso.
El doblete Giro-Vuelta ha sido considerado históricamente una combinación asumible, gracias al mayor espacio temporal entre ambas pruebas. Sin embargo, Bartoli advierte de que encadenar Tour y Vuelta resulta mucho menos tolerante con el organismo. “En ese caso, los márgenes de recuperación son increíblemente reducidos. Si un ciclista necesita más de diez días para recomponerse, ya se encuentra en problemas serios. Todo se convierte en una carrera contra el reloj: en lo físico, en lo logístico y, sobre todo, en lo mental”.
En su opinión, a menudo es preferible que los corredores renuncien a terminar el Tour si la forma está claramente comprometida y la Vuelta es el gran objetivo. “Acabar una Gran Vuelta no siempre resulta útil. Si el cuerpo está vacío y las piernas ya no responden, lo más inteligente es detenerse, resetear y preparar con calma la siguiente gran cita”.
Curiosamente, Bartoli, ganador en cinco ocasiones de los Monumentos del ciclismo, considera que el mayor obstáculo no es tanto el declive físico como el desgaste psicológico. Los avances en recuperación, nutrición y entrenamiento permiten a la mayoría de ciclistas volver a un nivel competitivo en pocas semanas. El problema llega cuando la cabeza no acompaña. “Puedes estar fuerte, en plenitud de forma, pero si tu mente no está en ello, el rendimiento nunca aparecerá. Por eso, cuando se trata de afrontar una segunda Gran Vuelta, prefiero trabajar con corredores experimentados: saben dar un feedback claro, comprenden los sacrificios necesarios y reconocen cuándo se están acercando al límite”.
Los equipos son cautos con los jóvenes, evitando cargarles con demasiada presión demasiado pronto. Aun así, Bartoli sigue convencido de que disputar Grandes Vueltas es esencial para su crecimiento. “Perderse una carrera de tres semanas tiene más importancia de lo que parece. No es solo una cuestión de experiencia, sino de construir una base atlética más fuerte. Una Gran Vuelta transforma la fisiología de un corredor de una manera que ningún bloque de entrenamiento puede replicar”.
Eso sí, el italiano reconoce que las herramientas modernas han acortado distancias entre competición y preparación. “Con la tecnología actual —el seguimiento, la planificación nutricional, los sistemas de recuperación— incluso los más jóvenes pueden asumir dos Grandes Vueltas, siempre que estén motivados. Sin esa motivación interna, el esfuerzo se convierte en un auténtico lastre”.
Tadej Pogacar ganó el Giro de Italia y el Tour de Francia en 2024
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De hecho, Bartoli señala un beneficio adicional de terminar la temporada con la Vuelta: la pretemporada siguiente comienza a un nivel más alto. El ciclista sale con un acondicionamiento profundo, un ritmo de carrera más afinado y una plataforma sólida sobre la que construir la siguiente campaña.
De aquí a que se dé el banderazo de salida, la conversación seguirá orbitando en torno a cifras, porcentajes de peso y especulaciones sobre los famosos vatios por kilo. Pero más allá de los datos, Bartoli deja una advertencia clara: la clave de la segunda Gran Vuelta es el aspecto mental. “Entre una carrera de tres semanas y otra, el entrenamiento no cambia demasiado. El peso y la potencia se mantienen en parámetros similares. ¿La diferencia real? Que en esa segunda Gran Vuelta es la cabeza la que debe empujar. Porque si la mente se derrumba, todo se termina, aunque las piernas todavía puedan responder”.
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