La irrupción de
Tom Pidcock como verdadero aspirante a una Gran Vuelta ha abierto nuevas dudas sobre su futuro inmediato en el
ciclocross. El entrenador belga del corredor de 26 años, Kurt Bogaerts, reconoció que las exigencias de su calendario en carretera dejan ahora poco margen para la disciplina que le permitió lanzar su carrera.
Pidcock, que concluyó tercero en la clasificación general de la
Vuelta a España 2025 a comienzos de este mes, mostró en España una nueva dimensión de su talento. Conocido desde hace tiempo como especialista en clásicas de un día y en victorias explosivas de etapa, durante tres semanas ofreció una regularidad que pocos esperaban: resistió en la alta montaña junto a los mejores escaladores y limitó las pérdidas en las contrarrelojes.
Sólo Jonas Vingegaard y Joao Almeida lo superaron en la general, y su podio ha generado inevitables comparaciones con Geraint Thomas, otro británico que pasó de las clásicas y del trabajo de apoyo a convertirse en líder de una Gran Vuelta.
Ese gran rendimiento ha transformado inevitablemente la conversación sobre su calendario. En lugar de pensar en otro invierno de barro, Pidcock se debate ahora entre centrarse por completo en la carretera y darse la mejor plataforma posible para evolucionar hasta convertirse en un auténtico corredor de clasificación general en grandes vueltas. Para Q36.5, que sigue en busca de invitaciones World Tour para 2026, su valor como hombre de etapas se ha vuelto de repente indispensable.
"El ciclocross es cada vez más difícil de compaginar", explicó Bogaerts a Wielerflits. "Tom empezó a competir en enero en el AlUla Tour y seguirá hasta Lombardía. Eso hace que la temporada sea muy larga. Corredores como
Mathieu van der Poel y Wout van Aert pueden terminar antes y disponer de tiempo para descansar. Tom sigue compitiendo bien entrado el año, y entonces el cross resulta cada vez más complicado de encajar".
Pidcock ha ido reduciendo progresivamente su presencia en el ciclocross, con apariciones esporádicas en 2023-24 antes de apartarse por completo el pasado invierno al unirse a Q36.5. Entonces sugirió que tenía intención de volver al cross la temporada siguiente, pero su trayectoria ha cambiado desde entonces.
El campeón olímpico de bicicleta de montaña lleva tiempo combinando varias disciplinas, aunque Bogaerts señala que el calendario en carretera y la creciente importancia de las carreras por etapas empiezan a marcar el rumbo de Pidcock. "Llega un momento en que tienes que descansar", afirmó.
Los Mundiales de ciclocross de 2025 en Hulst podían haber sido un objetivo, pero Bogaerts duda incluso de esa posibilidad. "Quizás podría correr un par de pruebas en enero o febrero, pero entonces le faltarían puntos UCI, tendría que arrancar desde muy atrás y prácticamente tendría garantizado un mal comienzo. No es lo ideal".
Tom Pidcock, uno de los mejores ciclistas del mundo.
¿Seguirá en Mountain Bike?
Pidcock ha seguido encontrando espacio para el ciclismo de montaña, aunque se perdió los recientes Mundiales de la disciplina por su participación en la Vuelta. Bogaerts cree que esta modalidad seguirá formando parte de su planificación con vistas a Los Ángeles 2028. "La bicicleta de montaña significa más para él. Se integra con más facilidad en la temporada de carretera, siempre que los viajes sean limitados. De cara a los próximos Juegos Olímpicos, podría volver a ser un foco importante".
La capacidad de Pidcock para alternar disciplinas ha sido uno de sus sellos, pero con su consolidación como corredor de grandes vueltas, las decisiones son cada vez más duras. Su podio en la Vuelta lo ha elevado a un nivel de expectativas completamente nuevo y, con las exigencias de las carreras de tres semanas, resulta difícil imaginar un regreso amplio al barro en un futuro cercano. Por ahora, al menos, la incógnita de si competirá en Hulst —o en cualquier otra cita de la temporada de cross— sigue abierta, aunque cada vez parece más improbable.