Mathieu van der Poel ha vuelto a demostrar por qué es uno de los corredores más completos del mundo. No solo va camino de convertirse en el mejor ciclocrossista de todos los tiempos, tampoco se conforma con ser uno de los mayores clasicómanos de la historia del ciclismo en carretera con todavía 29 años y mucho por hacer, el neerlandés también ha dominado el
Mundial de Gravel.
"Era un gran objetivo para mí. Es estupendo añadir otro arcoíris a la colección en otra disciplina también, estoy muy contento con éste. También es estupendo terminar la temporada así, es increíble", dijo van der Poel en una entrevista posterior a la carrera. Era el principal favorito para ganar hoy, y selló el acuerdo con una actuación estelar que incluyó ataques durante toda la tarde, como a él le gusta.
"Quería hacer la carrera lo más dura posible porque sabía que en la vuelta local, con un grupo grande, podría ser una situación difícil para mí", explica. Es una táctica que funciona para el explosivo corredor, acostumbrado a este tipo de carreras fuera de pista. Al final, entre los numerosos belgas, encontró un compañero de ataque ideal.
"Así que intenté poner a todo el mundo al límite y cuando Florian Vermeersch se fue y quedamos los dos, tuvimos una buena cooperación", añade. Sin embargo, recordará que Vermeersch le ganó en el sprint de la París-Roubaix de 2021, por lo que sabe que no podía conformarse con llevar la carrera al sprint después de una prueba tan dura.
"Nunca se sabe. También me dolían las piernas, lo intenté una última vez en la parte dura final del recorrido y me encontré solo, así que siempre es agradable celebrarlo así", concluyó. Van der Poel tardará en estrenar este maillot -del mismo modo que aún no ha estrenado el de campeón del mundo de ciclocross-, pero acabará luciéndolo, ya que es claramente uno de los mejores corredores de la disciplina. "Como he dicho, he disfrutado y estoy muy contento con el título".