El ex campeón mundial sub 23 de ciclocross, Ryan Kamp, compartió una extensa conversación en el podcast de Laurens ten Dam en donde reflexionó acerca de lo que ha sido su carrera, los inconvenientes en Pauwels Sauzen - Bingoal y su futuro. A los 24 años, el neerlandés está seguro que lo mejor está por venir.
"Yo era ciclista de carretera, pero mi entrenador me dijo: 'No puedes pasarte todo el invierno sentado en el sofá'. Así que me compré una bicicleta de ciclocross", explica Kamp. Su talento se hizo evidente rápidamente, culminando con un título de campeón holandés como corredor juvenil y una excepcional temporada sub 23 en 2020, en la que se proclamó campeón del mundo. Sin embargo, su progresión en la élite ha sido más lenta de lo esperado.
"Creo que todavía estoy en fase de construcción. Aún no he sacado lo mejor de mí mismo", afirma Kamp. Se reconoce a sí mismo como un "desarrollador lento", y subraya que su camino dista mucho de estar acabado. "Aún me queda mucho por mejorar. También me cuesta la duración de las carreras".
El camino no ha estado exento de baches. A finales de 2023, Kamp se enfrentó a un futuro incierto tras separarse del equipo Pauwels Sauzen - Bingoal. "Lo veía venir", admite. "Ya eran menos generosos que antes. Luego leí en Internet que no me renovarían el contrato".
Esta falta de comunicación dejó a Kamp frustrado y cuestionándose su futuro. "Si tuvieran huevos, hablarían de ello, ¿no? ¿Sobre qué base se tomó la decisión? ¿Financiera o deportiva? Realmente me preguntaba si, dentro de una semana, seguiría corriendo ciclocross o si tendría que empezar a trabajar en un supermercado".
A pesar de estos retos, la incertidumbre agudizó su enfoque. "Sabía que tenía que demostrar más de mí mismo. Pero era una época muy incierta. Estaba sexto en la clasificación de la Copa del Mundo, quería seguir corriendo en ciclocross".
Encontrarse sin equipo al principio de la temporada de ciclocross fue un reto sin precedentes. "Alguien en la primera fila de salida que de repente se queda sin equipo es increíble", recuerda Kamp. La situación reflejaba un problema más amplio dentro del deporte: las limitadas oportunidades de patrocinio. A pesar de estas dificultades, Kamp se puso en contacto con los hermanos Roodhooft, con la esperanza de encontrar una oportunidad para seguir compitiendo.
"Ya había estado en contacto con los hermanos Roodhooft, y durante el invierno volví a contactar con ellos a través de mi representante y mi entrenador. Llamé y pregunté: '¿Hay una plaza para mí? Incluso allí, fue difícil; estaban al límite de su capacidad. Pero me dijeron: 'Sigue compitiendo, porque no puedes acabar trabajando en una fábrica'".