Bart Wellens ha expresado su gran preocupación por el bienestar mental de
Eli Iserbyt, ya que la estrella belga del ciclocross se enfrenta a otro doloroso revés en su larga lucha por volver a competir.
El ex campeón del mundo afirma que la situación de Iserbyt -que lucha contra las complicaciones derivadas de cuatro operaciones de la arteria ilíaca este año y ahora se ve obligado a abandonar la bicicleta justo cuando se acerca su regreso- corre el riesgo de convertirse en "el infierno de un atleta".
Wellens reflexionó sobre sus propias luchas para subrayar el peso emocional de la posición del Iserbyt, admitiendo que una vez cometió el mismo error en el que suelen caer los ciclistas cuando sus carreras se estancan por culpa de las lesiones: "Una vez me aislé de todo y de todos durante un periodo difícil, y eso me deprimió profundamente",
reflexionó Wellens en su columna de análisis para Het Nieuwsblad. "Sólo cuando estuve dispuesto a hablar con los demás sobre mis problemas empecé a sentirme mejor".
El mensaje era tanto de advertencia como de empatía: "Lo que Eli está viviendo ahora mismo es el infierno de un atleta", prosiguió. "Esa incertidumbre debe pesar increíblemente. Espero que tenga a su alrededor a la gente adecuada con la que hablar".
Crecen los interrogantes sobre el futuro de Iserbyt
La última recaída de Iserbyt se produjo pocas semanas antes de su regreso, previsto para el 11 de noviembre en el Superprestigio Jaarmarktcross Niel, pero las complicaciones reaparecieron durante los entrenamientos, lo que obligó a interrumpirlos y a someterse a una nueva ronda de exámenes médicos en Gante.
El jefe del equipo, Jurgen Mettepenningen, ya ha advertido a los aficionados que no esperen un regreso inminente, calificando la situación de "más pesimista que optimista".
El piloto de 28 años del Pauwels Sauzen - Altez Industriebouw, que dominó la primera parte del invierno pasado antes de que aparecieran sus problemas arteriales, lucha ahora no sólo con su pierna, sino con la incertidumbre de si volverá a su nivel anterior... o a ninguno.
Wellens cree que la batalla psicológica puede ser la más dura: "Ya parecía encontrar las cosas difíciles después de las primeras operaciones y ahora esto viene por añadidura", dijo. "¿Regresará esta temporada, podrá volver a competir y a qué nivel? Son preguntas que le rondan por la cabeza. Espero que haya gente dispuesta a ayudarle en este periodo oscuro".
Iserbyt no compite desde el 16 de febrero.
La combatividad y la regularidad de Iserbyt han sido los pilares del ciclocross de élite durante las últimas cinco temporadas. Su ausencia ya ha reconfigurado la narrativa de principios de invierno; su continua incertidumbre no hace sino ahondar la sensación de preocupación en todo el pelotón.
Wellens resumió la emoción sentida en todo el deporte: "Es una gota muy grande en un cubo que ya estaba bastante lleno".
Por ahora, Iserbyt sigue centrado en las pruebas, el descanso y la claridad. La única certeza -como recordó al mundo del
ciclismo un antiguo campeón del mundo- es que ni siquiera sus competidores más feroces son inmunes a la vulnerabilidad.