Matteo Jorgenson ha hablado antes del inicio de la
Vuelta a España 2025 dejando claro que encontrarse en la situación de competir sin
Tadej Pogacar es algo agradable. El americano del Visma quiere disfrutar de la ronda española por etapas.
"No suelo tener la oportunidad de correr sin Tadej Pogacar. Voy a disfrutarlo", comentó antes del inicio de la carrera.
Con la ausencia de Pogacar en la última Gran Vuelta del año, el panorama de la carrera se ha abierto de golpe, y Jorgenson, ganador en dos ocasiones de la
París-Niza y top 10 en el
Tour de Francia, llega a Turín como lugarteniente clave de Jonas Vingegaard y como auténtico comodín para las ambiciones en la general.
Tras una temporada en la que ha pasado de ser un atacante oportunista a un serio aspirante a las Grandes Vueltas, el corredor de 26 años afronta una Vuelta que puede marcar la siguiente etapa de su carrera.
"Es un alivio… Sí, la verdad es que sí", reconoció Jorgenson al ser preguntado por la ausencia del campeón del mundo esloveno en declaraciones recogidas por IDL. "La carrera será muy distinta sin él, porque cada corredor competirá de forma diferente ahora que no está. Cuando Pogacar está, obliga a los demás a correr de otra manera, ya sea por etapas o por la general. Lo estoy deseando".
Para el Team Visma | Lease a Bike, el escenario táctico también cambia. Vingegaard sigue siendo el líder indiscutible, con un bloque de escaladores cuidadosamente armado para respaldar su candidatura a la general. Pero la presencia de Jorgenson aporta flexibilidad: puede ser lugarteniente en la montaña, buscar etapas selectivas o incluso emerger como amenaza secundaria en la general si las circunstancias lo permiten. "Tengo que ver cómo va, no sé cómo reaccionará mi cuerpo. Correr por la general es uno de mis objetivos ahora mismo, y el equipo lo sabe y me apoya. Esta Vuelta podría ser una buena oportunidad, pero veremos cómo me encuentro y cómo evoluciona la carrera", explicó.
Matteo Jorgenson, estrella de Visma.
Desde que llegó a Visma en 2024, Jorgenson ha asumido un nuevo rol. "Desde que me uní a Visma, se me ha permitido reinventarme como líder de reserva", afirmó. Esa reinvención se ha reflejado en los resultados: una victoria en la París-Niza en su primera temporada, un octavo puesto en el Tour de Francia y una nueva victoria en la París-Niza este año. El equipo ha respaldado esa progresión con la ampliación de su contrato hasta 2029, una clara muestra de confianza en su potencial para la general.
Su etapa en Movistar Team
Sus años anteriores en Movistar fueron diferentes. "Durante mi etapa en Movistar corrí el Giro de Italia una vez y el Tour en dos ocasiones, pero siempre como atacante", recuerda. En Visma, su papel es más amplio: puede apoyar a Vingegaard, pero también crecer como corredor de Grandes Vueltas por mérito propio.
El doblete Tour-Vuelta siempre exige un delicado equilibrio. "La preparación para el Tour de Francia es muy intensa, con varios meses de trabajo. Para la Vuelta es distinto. He confiado en que la preparación del Tour fuera suficiente. Sobre todo, me aseguré de que mi cabeza y mi motivación volvieran al nivel que quiero", explicó.
Después del Tour, optó por una recuperación ligera: "Me tomé unos días libres y volví a entrenar. Hice algunos bloques de tres días y nada más". Con este enfoque, busca evitar el sobreentrenamiento y mantener la frescura que le permitió rendir en el Tour, al tiempo que llega preparado para ayudar al equipo o perseguir sus propias ambiciones si se presenta la ocasión.
Aunque comparte entrenador y filosofía de trabajo con Vingegaard, Jorgenson subraya su preparación independiente. "Jonas y yo tenemos el mismo entrenador y hemos hecho una preparación bastante parecida tras el Tour. Casi siempre entrenamos igual, salvo que él pedalea más fuerte, ¡jaja!".
Esa independencia le permite mantener su propio enfoque competitivo, sin dejar de estar plenamente disponible para respaldar a Vingegaard en la montaña o en etapas decisivas. Su versatilidad es un recurso táctico en una Vuelta que, sin Pogacar, se presenta más impredecible.
¿Qué puede pasar en la Vuelta?
Jorgenson es claro sobre los posibles escenarios: podría trabajar exclusivamente para Vingegaard, buscar fugas para ganar etapas o aprovechar una oportunidad inesperada en la general. "Por eso tenía tanto interés en correr la Vuelta, porque sabía que sería más sencillo que si me hubiera tomado un descanso y hubiera tenido que volver a correr en pruebas menores", señaló.
Para los aficionados, la clave será ver cómo equilibra su ambición personal con las obligaciones del equipo. Su "cabeza y espíritu" pueden ser tan decisivos como sus piernas, ya que marcarán si se limita a apoyar a Vingegaard o si se convierte en un aspirante por derecho propio.
En última instancia, Jorgenson está decidido a aprovechar la oportunidad que le ofrece la carrera. "Lo estoy deseando. No suelo tener la ocasión de correr sin él. Voy a disfrutarlo", reiteró. En una temporada marcada por su evolución, esta Vuelta se presenta como un reto y, al mismo tiempo, como la oportunidad de demostrar que es algo más que un lugarteniente: un corredor capaz de dejar su huella en una Gran Vuelta.