Primoz Roglic fue ayer la estrella de un gran acontecimiento en Eslovenia, donde llevó su recién adquirida maglia rosa y su interminable trofeo del
Giro de Italia para presumir con sus compatriotas. Miles de personas le recibieron en la capital, Liubliana.
Allí Roglic fue el cabeza de cartel de las celebraciones, y también ha ofrecido una rueda de prensa en la que ha hablado de algunos de sus futuros objetivos, que podrían incluir la Vuelta a España, y ha confirmado su ausencia en los próximos campeonatos nacionales y en el Tour de Francia.