George Bennett tiene ahora 34 años y corre con el Israel - Premier Tech. El neozelandés dice que esta temporada ha tenido su mejor nivel, pero que no está ni cerca del nivel necesario para tener los resultados que ha tenido con el UAE Team Emirates y el Team Visma | Lease a Bike. Como uno de los pocos corredores que ha estado en ambos equipos, también ofrece una visión de cómo fichan a los corredores.
"A la gente siempre le gusta dar esta mística romántica a los jinetes que tienen mucho talento genético. Dicen que, este tipo, mentalmente es una fortaleza o algo así. Es un mito. Es genética", dice Bennett en una entrevista muy honesta y directa con Rouleur. "Es quién tiene un motor enorme. Puedes encontrar a un corredor que trabaje más duro que ellos y aun así no será tan bueno. Conozco muy bien a algunos de estos corredores de la CG y he tenido que sentarme a la mesa con ellos y asegurarme de que se acababan el desayuno porque están muy nerviosos antes de una carrera, y luego se convierten en campeones del Tour de Francia".
El entrenamiento y todos los aspectos de ser un corredor profesional son clave, pero Bennett no se hace ilusiones de que la genética es lo que marca la mayor diferencia a la hora de comparar a corredores profesionales que entrenan de forma similar. "No puedes decirme que son mentalmente inquebrantables, no lo son. Simplemente tienen una genética irreal. La biología está de su parte y eso es una auténtica lotería. La gente quiere que sean dioses, que trabajen 40 horas a la semana bajo la lluvia. No digo que no trabajen duro, pero no es que los cuatro mejores pilotos del mundo sean los cuatro pilotos más trabajadores del mundo".
El veterano corredor también explica que la motivación a lo largo del año depende de diferentes factores, como la competición, el entrenamiento o la nutrición... "Creo que se trata de encontrar lo que es importante para ti. Para algunos, lo más importante es tener un equipo de lujo con un autobús de lujo y volar en clase business. Para otros, lo más importante es correr con tus compañeros o tener un buen calendario de carreras".
Bennett terminó segundo en Il Lombardia en 2020, pero desde entonces ha luchado por obtener los mismos resultados. Este año ha tenido algunas buenas actuaciones, como el tercer puesto en el Giro d'Abruzzo, donde hemos visto actuaciones de escalada muy fuertes; otro podio en la Vuelta Ciclista a Sibiu; 12º en la Clásica San Sebastián y estuvo en liza por un Top10 en la Volta a Catalunya y el Tour de Suiza. Pero su potencia no le da los mismos resultados en un pelotón que evoluciona a gran velocidad.
"Estoy bastante contento con la potencia que sale, lo cual es bueno, porque todo el mundo me decía que debería empeorar a medida que envejeces. Realmente no lo creo, creo que la gente simplemente se motiva menos, o tiene hijos o su vida cambia", argumenta. "No creo que a nivel biológico se empeore. Puede que los músculos de contracción rápida sean un poco más lentos en los sprints, pero no hay nada que sugiera que, a nivel celular, uno sea peor. Creo que gran parte es situacional o emocional".
Bennett pasó siete temporadas en el equipo Visma y dos en EAU, formando equipo con jugadores de la talla de Tadej Pogacar, al tiempo que veía crecer a talentos generacionales como Primoz Roglic y Jonas Vingegaard. Conoce una diferencia significativa en lo que respecta a los hábitos de fichaje del equipo. "UAE no hacía tantas pruebas como Jumbo. Se limitaban a fichar a corredores en función de los resultados de las carreras, porque tenían el presupuesto para hacerlo".
También comparte algo que resulta especialmente difícil en la vida de un piloto profesional, que es compaginar el trabajo con el tiempo en familia. "En mi caso, vuelvo a casa para ver a mi familia seis semanas al año. Es el momento más preciado cuando vuelves a casa para ver a todo el mundo. Si haces bien ese periodo, creo que puedes almacenar suficiente energía emocional para pasar el año".
Bennett cuenta que podría haber dejado el equipo israelí, pero eligió formar parte de él ya que busca tener libertad para perseguir sus propios resultados y perseguir la emoción de las carreras. "Miro las opciones que tenía sobre la mesa para este año y, sin duda, podría haber cogido el dinero e irme a un equipo en el que siguiera haciendo lo que estaba haciendo".
"En lugar de eso, me fui a un equipo Pro Continental y me puse en un entorno que es el mejor para volver a ser bueno. Creo que es la opción mucho más emocionante. Sigo amando este deporte y siento que podría hacerlo durante otros 10 años. Disfruto mucho con todo, pero es mucho mejor cuando vas bien, es horrible cuando vas mal y te dan pavor las carreras. Cuando vas bien, te mueres de ganas de correr. Es un placer", concluye.