Un médico advierte de los efectos de la hipotermia tras la Flecha Valona: "Hay corredores que nunca volvieron a ser los mismos"

Mientras en Austria e Italia los corredores del Tour de los Alpes se enfrentaban al día de carrera más frío de 2024, los de la Flecha Valona belga tenían que lidiar con condiciones aún más duras. Con la carrera azotada por el aguanieve, el granizo, la lluvia y un viento penetrantemente frío, varios corredores comenzaron a sentir seriamente los efectos del clima, no más notablemente que Mattias Skjelmose, quien fue filmado temblando incontrolablemente mientras era literalmente sacado de la carrera.

Más tarde, Lidl-Trek se puso al día, diciendo: "Podemos confirmar que nuestros corredores que tenían síntomas de hipotermia debido a las malas condiciones meteorológicas se sienten mejor de nuevo gracias a una ducha caliente, bebida caliente y aire caliente en el autobús del equipo. No es necesario ningún tratamiento importante y todo está bajo control", pero según el Dr Kris Van der Mieren, hay que tener en cuenta los efectos duraderos de una experiencia de este tipo.

"La sensibilidad de los músculos disminuye", explica van der Mieren a Sporza. "Igual que la agudeza de tu conciencia. Esto te hace menos capaz de responder con precisión. Afortunadamente, siempre hay un buen apoyo en el ciclismo. En circunstancias extremas, esto hace que la gente entre en coma. Si la temperatura corporal baja de 34 grados, puede incluso provocar la muerte".

"En los descensos aumenta la velocidad, hay salpicaduras de agua y los ciclistas se empapan. Entonces el cuerpo se enfría rápidamente. Alternamos esto con subidas intensas y breves momentos de calor. Una vez que la temperatura corporal desciende por debajo de 35 grados tras un poco de lucha, empiezan los problemas. La luz puede apagarse con bastante rapidez", prosigue. "Es como la gota que colma el vaso. Entonces hay que parar, pero los corredores siempre quieren seguir. Para ellos es simplemente una forma de sufrimiento. Pero ése es precisamente el peligro: el agotamiento extremo te hace menos capaz de responder con precisión".

Van der Mieren también detalla lo que le ocurre al cuerpo de un ciclista en circunstancias tan extremas. "En primer lugar, el cuerpo intentará protegerse con reacciones básicas como la piel de gallina y los escalofríos. Esto es para mantener la temperatura. Después, el metabolismo empieza a ralentizarse. El motor se para literalmente y se ahorra energía en la medida de lo posible, porque el cuerpo entra en modo de supervivencia debido a la situación de estrés extremo", explica. "En otras palabras, todo lo que no sirva para proteger los órganos vitales es un derroche de energía. Porque bueno, tu cuerpo no sabe que estás corriendo una carrera".

"Ese resfriado a veces puede permanecer en tu cuerpo durante horas. Es un ataque a tus órganos que necesitan recuperarse. Así que calentarse rápidamente es una cosa, generar energía es otra. De hecho, sólo se sabe cómo es realmente semanas después del esfuerzo", concluye el médico. "Incluso hay historias de corredores que nunca volvieron a ser los mismos después. En el 98% de los casos todo irá bien al cabo de unas semanas. Aunque eso no se sabe enseguida y nunca hay una certeza total. No siempre es inocente".

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